Ricardo Montaner, puro amor y optimismo

GUADALAJARA, JALISCO.- De la balada a lo más movido. De las lágrimas a la euforia. De las letras desgarradoras a la esperanza más nítida. Ricardo Montaner despliega un amplio espectro de emociones cuando se apodera del escenario y eso quedó patente ayer por la noche, en el escenario del Auditorio Telmex.

Cinco mil 500 personas vibraron y se emocionaron al ritmo de la propuesta musical del cantante venezolano, que ofreció algo más que un clásico concierto.

Y sí, porque Montaner, a diferencia de varios de sus colegas, no se conformó con interpretar sus mayores éxitos y saludar levemente a los asistentes con el típico “buenas noches Guadalajara”, sino que convertido en un auténtico showman, el artista platicó largas anécdotas e involucró a los asistentes en sus canciones.

Todo narrado

El concierto, que forma parte de la gira Las cosas como son, fue diferente desde su arranque. Una larga cápsula audiovisual que denunciaba el maltrato y abuso infantil en Latinoamérica se proyectó en las pantallas del escenario, sirviendo como introducción al concierto. Y tras esto, Montaner apareció interpretando el tema Yo canto.

A partir de ese momento, Montaner se convirtió en confidente, maestro, contador de anécdotas y chistes. E hizo de todo, desde apurar a una dama para que fuera al bajo, quitarse y ponerse el saco, improvisar el tema Bésame en la boca, hacer que todas las mujeres del auditorio se pararan, pedirles que gritaran de forma desaforada y hasta subir al escenario a sus hijos para que lo acompañaran en los temas.

“Buenas noches, ¿cómo están? dijo Montaner tras un par de temas a modo de saludo–. No sé si saben, pero éste es el último concierto de la gira y me da gusto estar aquí. El concierto podría durar hasta las tres o cuatro de la mañana, depende de ustedes (risas). Muchas gracias por venir y cuídense”.

Lluvia de éxitos

Será, Castillo azul, Quisiera, Yo quiero más, Volver, A dónde va el amor, La cima del cielo y Me va extrañar fueron parte del amplio repertorio sonoro, con el que Montaner refrendó su lugar como uno de los “maestros” en el arte de la balada romántica y los temas que llegan directo al corazón de sus fanáticos y su familia, pues el venezolano trajo a varios de sus parientes al cierre, con broche de oro, de la gira Las cosas como son.