Para Santaolalla todavía falta lo mejor

El argentino afirma que este premio es la cosecha de un esfuerzo al que todavía le faltan dar sus mejores frutos

Recién recogido el galardón “Icono del BMI”, entregado por su influencia en las próximas generaciones de músicos, el compositor argentino Gustavo Santaolalla admitió que no siente “ni que lo mejor está por llegar ni que lo mejor haya pasado”.

Lo tiene cási todo, pero todavía quiere más. Carga con dos Óscar consecutivos de la Academia de Hollywood gracias a sus partituras para Brokeback Mountain y Babel, posee un Globo de Oro y varios Grammy, pero mantiene vigente una tremenda humildad al afrontar cada nuevo trabajo.

“Me llama la atención la gente que por ganar un premio se convierte en idiota, me parece bastante patético, no lo termino de entender bien”, dijo Santaolalla, de 56 años y uno de los fundadores de Bajo Fondo Tango Club y también productor de bandas de rock de Argentina y Uruguay.

“He tenido una carrera exitosa desde chico, pero he recogido los galardones más importantes en un momento que me agarró maduro; no sé qué hubiera pasado si me ocurre a los 20 o 30 años”, agregó este artista, que se ve a sí mismo como una persona “inquieta”.

Rotundo, el argentino afirmó que “el que busca, encuentra; no siento ni que lo mejor está por llegar ni que lo mejor haya pasado, porque pienso siempre que habrá, como todo en la vida, algunas cosas mejores que otras, pero me siento orgulloso de todo lo que he hecho”.

“Tengo más de 100 discos producidos y no me tengo que esconder por ninguno de ellos”, aseguró este bonaerense afincado en Los Ángeles, que calificó como “inolvidable” la velada del jueves de la semana pasada, cuando el BMI (Broadcast Music Incorporated), que defiende los derechos de autor en el continente americano, le hizo entrega del premio.

Estrellas agradecidas

La noche en que fue nombrado Icono del BMI quedará enmarcada como una de las más importantes para la música en español. Sólo había que ver la cantidad y calidad de invitados especiales, como Café Tacuba, Randy Ebright, de Molotov, o la banda de Santaolalla, Bajo Fondo, con quien el premiado subió al escenario para interpretar unos temas.

“¿Qué es ser un icono?”, dudó el músico al conocer la noticia. “Esperaba que no fuera algo a lo que pinchar en el ‘desktop’ para hacer ‘click’”, dijo entre risas refiriendose a los íconos presentes en las pantallas de una computadora. “El diccionario dice que es una imagen o representación, espero que de alguna manera este título represente el trabajo de todos los artistas con los que he tenido el privilegio de colaborar en mi carrera”.

“Soy lo que soy gracias a ellos”, comentó. Su humildad vuelve a traslucir. Igual que su claridad de ideas. “En mi vida siempre tuve claros tres conceptos: la identidad, la visión y la búsqueda de la excelencia”.

El argentino explicó que “la identidad porque hay que saber quiénes somos y de dónde venimos para vislumbrar quiénes podemos llegar a ser; la visión, porque me gusta trabajar con quienes tienen conceptos muy claros, y la búsqueda de la excelencia porque siempre hay que tratar de hacer las cosas a un nivel de calidad que sea el máximo que uno puede dar”.