Moda jalisciense con solidez académica

GUADALAJARA, JALISCO (10/ENE/2015).- Ser diseñador de modas en Jalisco no sólo implica saber cortar y confeccionar los textiles para llevarlos a pasarela. Ahora el creativo tendrá que ser capaz de emprender una marca en la que las matemáticas, la administración empresarial, la tecnología y hasta la gramática sean parte de su currículo diario más allá del potencial de su imaginación.

Ese es el compromiso del Consejo Académico de la Moda de Jalisco (Camjal), que tras casi cuatro años de trabajo ha puesto en sintonía a las universidades e instituciones especializadas y certificadas en la enseñanza de la moda en la metrópoli tapatía.

El objetivo es claro: romper con las rivalidades educativas de cada centro de enseñanza para impulsar y fortalecer las oportunidades laborales de sus estudiantes, que tendrán la responsabilidad de liderar a la industria modista desde las vitrinas locales hasta internacionales.

Eso lo afirma Carlos Sotomayor Gómez, actual presidente del Camjal, quien además detalla los avances y retos que esta iniciativa independiente —desde su presentación oficial en octubre de 2014— tiene al sumarse a los proyectos que las cámaras modistas de Jalisco (vestido, textil, joyera y calzado) también ejercen para consolidar una identidad empresarial con el respaldo gubernamental.

De esta forma, el Centro de Diseño de Moda, Centro Integral de Moda y Estilo (CIME), Centro Superior de Moda Edith Martín, ITESO, ImaginArte, Lanspiac, Universidad de Guadalajara, Único de la UAG, Univer, UVM y la Universidad Interamericana para el Desarrollo (UNID), presentan “8 + 3”, proyecto que forma equipos de trabajo con un alumno de cada institución educativa para activarse en el mercado laboral, de negocios y producción de las plataformas tapatías como Minerva Fashion, Modama, Expo Joya e Intermoda.

La triple hélice

Aunque la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología de momento no facilita recursos económicos al Consejo Académico de la Moda, Carlos Sotomayor confía en que, una vez completados los requisitos que la dependencia solicita —con la firma integral de un oficio en donde participen rectores, directores y decanos de cada institución—, Camjal podrá buscar inversiones directas del Gobierno para concretar.

“Ya existe el Consejo de la Moda que incluye a empresarios y las cuatro cámaras (joyería, calzado, textil y vestido), ya está el Consejo Académico de la Moda (Camjal), y ahora el Gobierno pretende el Sistema Moda, que será la triple hélice de la industria en Jalisco”.

Sotomayor revela que progresivamente, el Consejo logrará que los 11 equipos de trabajo resultantes de “8 + 3” —que mantienen asesoría y seguimiento por parte de las cámaras— puedan lanzar un producto en el mercado a través de incubadoras empresariales, como los ejercicios preliminares que resultaron en una colección multidisciplinaria que tuvo al agave como tema central.

Otro plan a desarrollar en 2015 es incrementar los ciclos de conferencias relacionados a la industria de la moda, en las que no solamente los estudiantes asistan, sino que la población en general tenga oportunidad de presenciarlas de manera gratuita, tanto en las ferias modistas de la ciudad, en las escuelas y otros espacios públicos.

Con puntos y comas

La prueba de fuego para Camjal llegó con “8 + 3”, pues los responsables de las licenciaturas de moda de cada institución, tuvieron que elegir a sus alumnos más sobresalientes en las diversas disciplinas que intervienen en la creación de diseño y su posicionamiento en el mercado.

Carlos Sotomayor destaca que este proceso selectivo también ayuda en la estructuración de un plan integral de enseñanza para cada escuela al definir y homologar los perfiles con  que egresan los futuros diseñadores.

“No queremos convertirnos en clones y que en todas las escuelas se enseñe lo mismo. Cada institución tiene algo qué aportar, un mercado y estudiantes distintos, capacita a razón de sus habilidades y fortalezas”.

Esto permitirá que el alumno valore si realmente tiene la vocación y habilidad para ser un profesional con calidad, y no sólo confíe en su capacidad de creación sobre bocetos y telas.

“Los alumnos ya saben que su creación puede ser remunerada, que no solamente se trata de crear por crear. Las escuelas ya hablamos de emprender marcas, que los estudiantes se tienen que transformar en empresarios, que no solamente en lo estético van a encontrar un sustento económico”.

Paulatinamente se añaden asignaturas relacionadas con la mercadotecnia, costos, planeación y administración empresarial, cultura del emprendurismo, desarrollo corporativo y, próximamente, expresión oral y escrita, explica Sotomayor y reconoce que aún existen deudas en la profesionalización total de los estudiantes.

Añade que la labor “ha sido complicado para las escuelas, porque el alumno es un cliente que paga una colegiatura, pero estamos firmes en no egresar sólo por egresar, queremos que de aquí se generen grandes marcas, diseñadores, empresas”.

Colombia, el modelo a seguir

Fue la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología la que puso en marcha la iniciativa de unificar a los diversos sectores de la moda con la academia tapatía, pues a pesar de que las cámaras y empresas jaliscienses ya avanzaban en proyectos en busca del apoyo gubernamental, las escuelas no tenían una participación oficial y constante en los eventos de promoción y negocios.

Así se emprendió un primer viaje a la ciudad de Medellín, en donde integrantes de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, la Cámara del Vestido (Canaive) y Único conocieron los mecanismos que han llevado a Colombia a ser un referente internacional en la creación, consumo y exportación de moda.

La experiencia fue grata y preocupante, afirma Carlos Sotomayor, pues detectaron las debilidades y carencias de la industria jalisciense. Más allá de incrementar y estabilizar el consumo y producción de la moda local, el reto se avecinó al ver que Guadalajara no tiene un plan de sensibilización social respecto a los eventos de moda de la ciudad, por más pequeños o grandes que sean.

“El Gobierno colombiano tuvo que modificar su sistema, entender a sus micro empresas familiares, pero también educan al pueblo y este es el sentido de nuestro Consejo Académico, tenemos la responsabilidad de educar y hacer que más gente se entere de lo que pasa en Jalisco”.

Taxistas, hoteleros y hasta las amas de casa saben por igual cuando un evento de moda se activa en Colombia. Incluso, en cada estación del metro los pasajeros escuchan datos referentes a la industria de sus país, el por qué sus productos compiten y venden internacionalmente. Hasta en los restaurantes se proyectan en televisión las pasarelas de la semana de moda.

FRASE

“Actualmente los diseñadores de modas tienen que saber dibujar, cortar, coser y visualizar una empresa”

Carlos Sotomayor, director del Consejo Académico de Moda de Jalisco.