Iraida Noriega irradia jazz

GUADALAJARA, JALISCO.- Quien trabaja para el arte, no conoce el descanso. Lo sabe Iraida Noriega, una de las voces y promotoras más importantes del jazz en nuestro país. Ella se define como amante de la tranquila y la contemplación, dice que su jornada perfecta es poder estar tirada en una hamaca tocando la guitarra y viendo a su hijo jugar, pero el día en que habla en exclusiva con EL INFORMADOR, su rutina se ve drásticamente alterada.

Se mueve de un lado a otro por el lobby del hotel donde se hospeda, con ideas revoloteándole la mente. Una es que se aproxima un ensayo para la obra donde llevará el papel Elizabeth, la prometida del Dr. Frankenstein. También piensa en la promoción de su próximo disco, Ven conmigo, un acústico que ve la luz tras una larga etapa de producción y en que quiere grabar pronto.

En este huracán de ideas, Iraida hace un espacio para sentarse. Antes de comentar la charla, se interesa en la grabadora, dice que le gustaría hacer entrevistas pronto. Entonces toma un poco de agua y ahora si, su mente se enfoca en Frankenstein.

¿Qué te motivó a entrar a "Dr. Frankenstein, la ópera rock"?

"Quiero ser parte de esto. Y estando aquí, confirmo muchas cosas que eran meras intuiciones. De la fuerza que tiene José Fors, como libera toda esa sintonía de trabajo".

Fors afirma que hay que mirar al monstruo interno para comprender la obra, ¿Tú lo hiciste?

"Si había escuchado que José comentó que hay que sumergirse en el lado oscuro de Frankenstein para encontrar la luz, y aunque es un planteamiento bien tanático lo comparto, si lo pongo con mi propio ejemplo diría que es en las cavernas donde se encuentran los diamantes".

Ya estás bien ubicada como una exponente del jazz, ¿porqué probar ahora con la actuación?

"Sigo con mi música y con la banda haciendo lo que me gusta. Todo el tiempo estoy metida en proyectos diferentes. Esta bueno no casarse con la idea de hacer lo mismo, a lo largo del año estoy metida en otras labores. No me gusta quedarme estancada en un solo lugar ni cargando banderas. La onda es como te puedes renovar, como puedes cambiar, y creo que en esta obra se da la situación ideal".

Tu nuevo disco ("Ven conmigo"), ¿En qué momento llega?

"El material lo grabamos hace un año, con una presentación en vivo que hicimos en la Ciudad de México, fue una experiencia sumamente emocionante. A pesar del tiempo que pasó entre que lo grabamos y que se lanza, es muy cercano a lo que estamos haciendo ahorita, aunque es probable que lo que realicemos en un futuro sea muy distinto, porque hace poco pudimos (ella y su banda) estar en un festival de huapango, y eso transforma la concepción de lo que es la instrumentación, la melodía, la poesía, el arte y la vida".

¿Qué buscas con cada material?

"Con mi música todo el tiempo estoy tras la improvisación, buscando nuevos caminos que no me he planteado".

Después de que los grabas, ¿Qué piensas al volverlos a escuchar?

"Cada disco es una radiografía del momento. Y me refiero no nada más a aspectos técnicos, sino también a lo que tu alma tiene. A la hora de grabar, en el escucharse, es como verte frente a un espejo, las canciones te confrontan y ves donde estás parado, que tan cerca o que tan lejos estás de la imagen que buscas".

¿Y te ha gustado siempre esa imagen?

"Hay varios discos donde… no es que no me gusten, pero vaya, no están tan cercanos al ideal que uno percibe".

¿Cómo está en este momento la escena del jazz en México?

"Ahora mismo las puertas están más abiertas ahora de lo que lo estaban cuando yo empecé. Pero también cuenta todo el esfuerzo y trabajo de una generación que estuvo antes que yo, y eso contribuye a que tengamos muchas ventajas. Y también faltan muchas cosas. El jazz vive un momento favorable pero hay que talachearle para que no sea una moda, sino una forma de estar".