Lunes, 21 de Octubre 2024
Entretenimiento | Cazals Siena tiene 71 años. Nació en Guatari, Francia, pero fue registrado en Zapopan, Jalisco, México

Felipe Cazals, “ogro” y genio del cine mexicano

El director mexicano comenzó a rodar su más reciente filme “Chicogrande”

Por: EL INFORMADOR

CIUDAD DE MÉXICO.- Lo llaman el ogro del cine mexicano por su legendario mal carácter y su extrema disciplina. Se diría que se ganó el mote a pulso. Felipe Cazals, director de la trilogía Canoa, Las poquianchis y El apando, explicó que “muchos reporteros hacen preguntas como policías, es decir cuestionan lo mismo mil veces. ‘¿Porqué escogió a tal o cuál actriz?’, ‘¿porqué filmar aquí y no en otro lado?’, ¡pues porque quiero!, ¿por qué buscan preguntas racionales de un proceso creativo que no tiene nada de racional? De ahí surge el mito del ogro, porque a veces quieren que conteste preguntas a mitad del rodaje y no han entendido que filmar es un rito, una ceremonia irrepetible”. Genio y figura, dirían algunos.

A su edad, sigue en pleno ejercicio cinematográfico. De hecho, esta semana arrancó el rodaje de Chicogrande, versión libre del hecho histórico que muestra a Pancho Villa herido, luego de que invadiera Columbus, Texas.

Conoció el cine desde muy chico. A los ocho años asistía a la sala Avenida, ubicada en el Eje Central Lázaro Cárdenas, en el Distrito Federal. Ahí vio Cavalcade: una pareja de recién casados a punto de zarpar en un viaje marítimo, pero la última imagen era clave. Mientras la pareja se despedía alegremente, en la popa del barco se podía leer el nombre Titanic. “Fue de gran impacto. Cuando yo tenía 14 años, llegué a decir a mis compañeros de la escuela militar que había conocido a gente que había muerto en el Titanic. Había absorbido como un recuerdo propio lo que era una imagen cinematográfica”.

Estaba fascinado por la facilidad del cine estadounidense como lenguaje para convencer al público de que era realidad lo que estaba viendo. Entonces no había lugares para estudiar en México el Séptimo Arte y aplicó para el Instituto de Altos Estudios Cinematográficos en París, Francia.
Y si no se tituló fue porque reprobó el examen final. Para entonces, ya estaba más interesado en la práctica que en el pupitre.

Tiempo después regresó a México. Su primera película fue Emiliano Zapata, con Antonio Aguilar en el rol protagónico. “Es mi primer tropiezo catastrófico, mi primer mareo. La industria era diferente, tenía que aprender a boxear y noquear”, recuerda Cazals. El fracaso inicial habría sido la tumba de algunos realizadores, pero el destino estaba echado.

El ascenso

Cazals filmó El apando, a petición de Bertha y Canoa. En 1971, mientras se encontraba posproduciendo en Estados Unidos El jardín de la tía Isabel, recibió la invitación de quedarse en Hollywood. Vivió ahí durante ocho meses, pero se dio cuenta de que no había nada que lo intrigara.
En los años ochenta dirigió por encargo las películas Burbujas de amor, con Lina Santos y Rigo es amor, con Rigo Tovar.

“No puedo escupir sobre ellas -confiesa con su usual humor negro- porque soy un director de cine y puede que a mí me importen cabalmente mis razones para haberlas hecho. Decir que son unas basuras es un hecho irrevocable. Nadie hace conscientemente malas películas. Tampoco me puedo justificar y hacerme la víctima. Lo único que puedo hacer, es hablar lo menos posible de ello”: es palabra de Felipe.

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