El poder de la conciencia

Quinta de seis partes

GUADALAJARA, JALISCO (22/FEB/2011).- El trabajo de ellas se erige en el día a día. Una bien podría ser una bailarina de flamenco en España, pero Hilda Montes decidió la docencia y ahora, por su vida personal. Lorena Rosette se encuentra a punto de parir la edición 2011 del Talent Campus del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) y no satisfecha, echa leña a su fuego de creadora. Karla Constantini respeta con fe sus procesos y decisiones como actriz bastante seria. Dicen por ahí que saber vivir es tener claro el arte de optar, a cada momento. Con un tinte lúdico o existencial, estas tres tapatías exponen en síntesis historias propias de una vida en el arte y en los caminos a tomar.

Dolores Tapia

Hilda Montes, bailarina
Apasionada del flamenco y del cante

En Guadalajara es más fácil encontrar destacadas bailarinas de ballet, danza contemporánea o experimental, pero de flamenco, no. Por eso resulta especial Hilda Montes. No es la clásica chica que baila rumba en un evento y dice que baila flamenco, ni quien se aprende una coreografía para resolver una función. Siempre fue concienzuda, por ello ahora mismo se encuentra inmersa en el titánico arte de la maternidad.

Pero Montes es de admirar. Está formada en los linderos del ballet clásico bajo el auspicio de maestros como Lucy Arce (también tapatía), creció estudiando la danza clásica española que trajera a esta ciudad la señora Lyla Barzee, y por sobre todo es (y lo han dicho notables maestros en el género) muy flamenca al bailar. Cosa que no tienen incluso, algunas españolas. Ha sido primera bailarina de la Compañía Nacional de Danza Las Cabales, su directora y maestra fue siempre por convicción la propia señora Hilda Prats, y a esas bases se le suman importantes docentes y bailarines españoles como el gitano José Maya, el madrileño Alfonso Losa, el sevillano David Paniagua, también “El Farru”, La China, Antonio y Manuel Reyes, Karime Amaya, entre muchos otros. Hilda Montes no solamente decidió no bailar en España, porque pudo hacerlo, a cambio se volcó por años en la docencia en Guadalajara.

“Es difícil bailar en una ciudad como ésta”, dice “no hay donde te presentes”, sigue diciendo, “falta difusión flamenca, aunque es una ciudad muy taurina”, puntualiza. Hay que confiar cuando dice que el nivel dancístico en esta ciudad es “muy bajo. He visto gente que tiene 10 años bailando y no sabe lo que son unas alegrías o hacer palmas, bueno ni lo que eran palos (ritmos) básicos de flamenco”, asegura.  También es aficionada al cante, por ello adora a Camarón, El Guadiana, La Macanita. Para ella las mejores exponentes del género que ha dado esta ciudad, son Triana Maciel, Denisse Michel, Angélica Gutiérrez, quien vive en Estados Unidos. Su maestra Hilda Prats, quien ya está retirada de los escenarios, la jovencísima Karen Lugo, quien vive en Madrid, Gabriela Martínez y Alejandra Hernández, ésta última hoy vive en París. Sus referencias, en serio, hay que tomarlas en cuenta.

Lorena Rosette, productora
De corazón audiovisual


Rosette se encuentra en la recta final. Arranca el 24 de marzo con múltiples actividades de formación para cineastas emergentes dentro del FICG. Ella, impulsora y coordinadora del Talent Campus, ha sido un enlace propositivo para el aterrizaje de eventos y proyectos que tienen que ver con el cine. Creativa. Hizo la producción de Make-up, dirigido por Pavel Cortés, trabajo que se presentó en el festival de cine del año pasado. Por otra parte, junto con Ana de la Rosa dio vida al Festival de Arte Audiovisual Chroma, mismo que se encuentra en un “proceso de transformación” luego de haber cumplido 10 años. Un ciclo independiente que logró importante presencia en la ciudad, convocando a artistas de todo el mundo.

Ninguna de las actividades mencionadas, es poca cosa, en tres ediciones del Talent Campus han participado personalidades como Diego Luna, Daniel Giménez Cacho, Adriana Barraza, así como Guillermo Arriaga, Mat Dillon y Todd Solondz.

Sin embargo, Rossette pretende invertir más tiempo a su actividad como creadora, ya que en gran medida su hacer laboral se ha enfocado a las actividades formativas y por supuesto, a la producción, área donde también suele explotar su parte artística.

En el desarrollo del Talent Campus sus tareas implican generar y coordinar las actividades de formación para profesionales o estudiantes de distintas áreas del cine, así como talleres, mesas de diálogo, clases magistrales y las citas con expertos. Lo mismo sucede y genera con el DocuLab, un esquema similar, anclado en el festival, pero enfocado al documental.

Creció en la colonia Prados Providencia, su lenguaje son las imágenes y los sonidos. “Siento que me puedo comunicar más fácilmente”. Se licenció en Foto Fija en la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guadalajara, pero poco después cayó en el Departamento de tele y video -hoy la CPA- dirigido entonces por Daniel Varela (precursor del arte audiovisual en esta ciudad). Así Lorena comenzó una carrera de producción hace más de 15 años. “Siento que tuve mucha suerte, porque entré en un momento donde se generaba todo esto (…) Varela siempre ha estado a la vanguardia y luego llegó Bertha Navarro y Alejandro Springal (…) me tocó estar involucrada en una serie que se llamó En Guadalajara fue. Ellos traían actores como Diana Bracho o Roberto Sosa, el director era de aquí y el staff también, se hacía una especie de tele universitaria sin tener el canal (…)”. Señala quien en esta misma unidad de producción ha hecho y visto nacer infinidad de programas de televisión, sin embargo todavía no llega su proyecto inolvidable. Por lo pronto se esmera en la realización y dirección de un videoclip para el grupo musical Sutra y cocina, discretamente, dos cortometrajes experimentales de ficción, es ahí donde quiere estar, luego de mucho tiempo de cristalizar proyectos.

Karla Constantini, actriz
“En la medida en que entiendes lo que pasa con la vida, entiendes el teatro”

Primero no quería ser actriz y luego tuvo dudas si el teatro la quería. Porque estar en el proceso, dice, “genera muchas ansiedades”. Karla Constantini creció en la colonia Bosques de la Victoria. Su desempeño como actriz profesional data del año 1999. Y sostiene su hacer con tremenda autonomía, aunque sea hija de Daniel Constantini, uno de los más destacados maestros y entrenadores de teatro que tiene esta ciudad. Karla emigró al Distrito Federal, como muchos otros artistas en busca de opciones y preparación, aterrizó con Edgar Ceballos y tuvo de maestro a Héctor Mendoza. Señala: “Los maestros de actuación dicen que nadie puede enseñarte a actuar, te dicen lo que no debes hacer (…), en la medida en que entiendes lo que pasa con la vida, entiendes lo que pasa con el teatro (…) Creo en los procesos, y eso es personal y tiene que ver con tu historia, tu personalidad, tu temperamento, con encontrar tu propio proceso de asirte y de ser actor”, señala.

Es capitana y actriz del proyecto Una mentirosa y su perro, que se presenta en esta ciudad, a la que volvió en el momento en que se convirtió en madre. “Haber regresado a Guadalajara me significó encontrarme con mis raíces”, dice, para quien el amor transforma y el ejercicio de la libertad en el prójimo le parece excepcional. Así señala como admirable a su madre, a las “mujeres en mi vida, como mis abuelas, quienes se abrieron paso en la vida a pesar de las circunstancias”.

El personaje que sueña interpretar algún día es Lady Macbeth, pero por ahora “me gustaría terminar de gestar una productora que me dé la posibilidad del teatro que quiero hacer. Tengo ganas de investigar mucho más a fondo, la relación de las artes escénicas y su posibilidad de difusión para generar público (…)”.