El mito de Sabina

GUADALAJARA, JLISCO (07/NOV/2011).- Hay quienes lo consideran el bohemio por excelencia. Sus letras han adornado los amores más apasionados, los rompimientos más desgarradores, los poemas más melosos y arrullado el olvido más amargo.

Incluso existen personas que viven el día a día con una frase sacada de una de sus composiciones, pero parece que el único que no está muy al tanto o al menos interesado en observar cómo camina el mito que se ha construido alrededor de él es el propio Joaquín Sabina.

“Regresar a Guadalajara es como volver a ver a una novia que tienes mucho tiempo de no ver, siempre son recuerdos apasionados, siempre. Me encantan los días y las noches que he pasado en esa ciudad, el carácter apasionado de su gente lo tengo siempre bien presente”, afirma vía telefónica el cantante en entrevista con este medio.

Se le escucha sano, “en una pieza, mucho mejor. La última vez que iba a estar en la Perla (Tapatía) me tuve que bajar ya con un pie en el avión por un dolor muy fuerte (en referencia a la diverticulitis que sufrió). Espero que la gente me sepa disculpar y que quede asentado de una vez que si ése show iba a ser bueno, éste lo será al doble, cuando menos. Llego en un momento perfecto, con el concierto perfectamente armado, así que verán una versión muy buena de mí (risas)”.

Inmerso en la gira El penúltimo tren (y cansándose de desmentir que vaya a ser en efecto la penúltima que hace), Sabina ha visto cómo su tiempo y su trabajo se apoderan de su agenda diaria. Sus agentes advierten antes de comenzar a charlar que el español no tiene más de 10 minutos, pero el torrente verbal y de temas del que goza el intérprete de Y nos dieron las 10 cae como una catarata. Un tema tras otro, no rehúye a nada. La modernidad, la polémica, la música y el amor son las cartas con las que juega a lo largo de la charla, y con todas tiene un “as”.

 El impaciente incómodo

“Tengo derecho a opinar de todo lo que no me guste en cualquier lugar donde me encuentre”, afirma Sabina, cuando se le pregunta si se divierte causando polémica a los lugares donde va, al entrar constantemente en debates con los sistemas y figuras políticas de diversos países.

En México es bien recordada su crítica a la estrategia del combate al crimen que emprendió el Presidente Felipe Calderón y hace poco cargó contra el régimen cubano, al que calificó como un “tremendo fracaso histórico”. “Lo seguiré haciendo siempre que pueda. No me arrepiento de nada de lo que he dicho”, advierte (divertido por las reacciones que provoca) el ibérico, al emprender una especie de cruzada donde sus palabras son las principales armas.

Caminando siempre entre ser un abanderado del romance más empedernido y la protesta contra lo injusto, no es sorpresa que Sabina se haya divertido “como niño” durante su gira más reciente por Estados Unidos. “Escenarios fantásticos y ciudades maravillosas como Nueva York, donde me presenté en el Manhattan Center de esa ciudad, que es espectacular. Fue vivir un sueño, siempre arropado por la magnífica compañía de la comunidad latina de ese país y particularmente la mexicana, como quedó demostrado en el concierto de Los Ángeles”, afirma, y confiesa que ese tipo de experiencias lo vigorizaron previo a su llegada a México “donde siempre me siento en casa. Es mi casa”.

Hombre de escenarios, calle y charlas que pueden extenderse durante horas, Joaquín Sabina se muestra “sin interés por fenómenos por las redes sociales. Simplemente no comprendo por qué habría de pasar horas frente a una máquina y decir que se está socializando. Yo cambio eso siempre por una buena plática, una cena, convivir con los amigos viéndoles a la cara”.

Esa sensación es justamente la que quiere repetir en Guadalajara. “Yo les puedo prometer una noche especial, como todas las que he vivido en esa maravillosa ciudad, llena de música con muchos sentimientos y recuerdos”. El encuentro, afirma, será cara a cara con quienes se busca compartir una velada única que quede en la memoria de sus fanáticos, quienes siguen alimentando el mito por Sabina.

Joaquín Sabina en concierto / 10 de noviembre, 21:00 horas / Auditorio Telmex / Boletos de 280 a mil 500 en el sistema Ticketmaster