Corto tapatío figura en Francia

GUADALAJARA, JALISCO (28/MAR/2011).- La perseverancia da resultados. Así lo entiende el cortometrajista Enrique Cruz, formado en la carrera Ciencias de la Comunicación y dedicado a la docencia en años recientes.

Y es que aun cuando con sus dos primeras propuestas audiovisuales había conseguido figurar en algunos espacios, no es hasta Último inning que consigue cruzar el Atlántico para mostrar una producción tapatía, la única en competencia en el 13o. Encuentro de Cine  Sudamericano de Marsella y Región, en Francia, que arrancó el pasado viernes y concluye el próximo 4 de abril.

Dicha pieza ya fue exhibida en justas como el Festival Internacional de Cine de Monterrey (2010), Loisaida Cortos Latino Film Festival de New York (2010),  Festival Internacional de Cortos FENACO (2010) en Cusco, Perú y el Festival Internacional de Cortometrajes Atene@s (2010) en Toledo, España, además de haber obtenido el premio al Mejor corto en Moroleón en Corto en Moroleón, Guanajuato.

“Es un corto al que le tengo mucho cariño porque es el que nos empezó a abrir las puertas en los festivales, con una producción muy pequeña e independiente. Lo que considero importante es que se trata de una producción que no se realiza en la Ciudad de México, porque el cine está centralizado”, apunta en entrevista con este medio Enrique Cruz.

En dicho corto, el también músico narra cómo un ama de casa descubre una manía extraña en su esposo y toma una decisión drástica que la hace huir, todo enmarcado dentro de un juego de beisbol.

Amores desgraciados y Sexo femenino anteceden Último inning, propuesta que el propio Enrique considera como distinta a las anteriores. “Cuando concebimos Último inning teníamos la idea de manejar cierta temática con un estilo narrativo distinto a lo que habíamos hecho, y más que hacer cine nuestra intención siempre ha sido contar historias con un tono más de humor y cosas positivas, pero éste sí tiene un tono más dramático, trágico, que nos revela algo que existe y que se aborda de manera cruda, lo manejamos más como documental”.

Dedicarse a la docencia en una escuela de cine y animación digital, asegura, es algo que lo considera como un avance en su carrera. “Dar clases te hace crecer, porque hay cosas que sentías que habías aprendido cuando eras alumno, pero cuando eso que ya sabes lo tienes que explicar te obliga a entenderlo de una manera más simple y clara, y este proceso hace que lo asimile mejor.

Ante el cuestionamiento sobre qué motiva tanto a Enrique como a su equipo a hacer cine a pesar de la falta de apoyos, piensa un poco y luego responde: “La motivación que nos mantiene es que nuestro trabajo lo vea la gente”.

www.ultimo-inning.com

EL INFORMADOR/ ALTAGRACIA LIZARDO MEDINA