Sábado, 11 de Octubre 2025
Entretenimiento | POR: MARTÍN ALMÁDEZ

Contradicciones, paradojas e incongruencias

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Por: EL INFORMADOR

Guadalajara, Jalisco.- Las contradicciones, las paradojas y las incongruencias son esenciales para el carácter del ser humano. Lo son en la vida privada y con mayor énfasis en la vida pública. En la primera, en la privada, se trata de una circunstancia eventual para unos, habitual para otros, que cada quien resuelve conforme a sus capacidades y convicciones. En la segunda, en la pública, las soluciones son marcadas por la normatividad, la ética y la voluntad política. Y cada solución depende de los alcances de quienes ejercen la toma de decisiones que afectan, en pro o en contra, al resto de la sociedad.

Un ejemplo de reciente contradicción, paradoja e incongruencia de la vida pública, resulta el presupuesto que el Poder Ejecutivo ha entregado al Legislativo para su observación, modificación (si la hubiere) y aprobación.

En el paquete financiero contemplado para ser gastado durante el próximo año, se contemplan, de manera específica programas, logística y responsables de su ejecución. Todo debidamente justificado, con cronogramas y claridad en la medición de los resultados luego del término del periodo. Tal y como jurídicamente se exige. Sin embargo, hace aparición una contradicción a la naturaleza del presupuesto, que no debería tener cabida legal: el gobernador ha incluido en su propuesta presupuestal un endeudamiento por más de cinco mil millones de pesos, que escapan a sus partidas inherentes, que no atiende a los lineamientos del resto de lo presupuestado y que, por ende, carece de información sobre su aplicación y destino de forma específica, medida y justificada.

La paradoja, sinónimo de extravagancia y absurdo, se nos ha obsequiado en ya varias y escandalosas ocasiones a través de pagos extraordinarios a televisoras, a través de donativos literalmente insultantes a estructuras religiosas y a través de incentivos a empresarios, quienes para ser beneficiarios de esta política pública, vaya paradoja, han sido equiparados con los estratos sociales vulnerables.

La incongruencia, sinónimo de desatino e insensatez se nos presenta exquisita, inmaculada, intachable, con los argumentos de referencia federal que el Gobierno del Estado ha asumido, como repetición y obediencia, de reducir los gastos presupuestales a cero, para los festejos del Bicentenario del Inicio de la Independencia Nacional y el Centenario de la Revolución Mexicana.

La Secretaría de Cultura, que funge como coordinadora de los festejos en el Estado, con dos años de antelación, lleva 11 meses preparando la operatividad de la memoria histórica; casi un año sumando fuerzas con instituciones públicas y privadas, nacionales y extranjeras; un año diseñando los proyectos que definirán la conmemoración. Y ha considerado para su presupuesto de 2009, casi 300 millones de pesos para que los jaliscienses asuman el carácter festivo y de orgullo, idiosincrásico y renovadoramente nacionalista, que implica recordar juntos los hechos más trascendentales de nuestra vida social.

Sería una contradicción, una paradoja y una incongruencia que, cuando ha habido derroche de recursos para telenovelas, templos y empresas (acompañados de una mentada para quienes no hemos estado de acuerdo) como se ha declarado ya públicamente, se destinen cero pesos a la conmemoración de actos tan imprescindibles para nuestra realidad actual.

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