Anne Hathaway sacrifica todo por el cine

GUADALAJARA, JALISCO (28/JUL/2012).- Cuidado con ella. A primera instancia, bien puede pasar como una damisela en peligro, pero no lo es. La mirada tierna y sonrisa coqueta son una mera ilusión, porque con un par de patadas puede dejar noqueado a casi cualquier oponente que tenga enfrente. Es sigilosa a la luz del día y se mueve con más comodidad con el amparo de las sombras nocturnas. Gatúbela es el tipo de mujer que más vale tener como aliada que como enemiga.

Detrás de la ladrona de joyas hay una actriz que también es mucho más que un rostro bonito. Anne Hathaway ilumina por estos días las pantallas de cine con su interpretación de Gatúbela en Batman: El caballero de la noche asciende. Sin embargo, antes de enfundarse en el entallado traje de la heroína, tuvo que pasar por muchos otros papeles y pruebas bastante duras.

Anne ha sido en el cine todo lo que ha querido, e incluso un poco más. Pasó de princesa a ladrona. De adolescente ingenua a peligrosa esquizofrénica. Del drama más desgarrador a la comedia más disparatada. En todas ellas se ha ganado el aplauso del público y, más lo importante, no se ha encasillado en ningún género.

“Todo buen papel merece siempre una porción de sacrificio”, acepta la actriz. El apretado traje de Gatúbela no deja lugar a duda de que su afirmación es certera. Para entrar el disfraz la mujer felina, tuvo que someterse a una dieta rigurosa y a un entrenamiento exhaustivo de artes marciales. ¿El resultado? La crítica la alaba como la mejor interpretación que se ha hecho de la afamada ladrona de joyas. Pero Hathaway no se marea con el éxito.

“No me enfoco en lo que otras actrices hicieron antes con el personaje, porque ya pasaron y no podía igualarlos. Creo que se han hecho grandes cosas con Gatúbela antes. Creo que esta película no se trata tanto de personajes, sino de Ciudad Gótica”.

Siempre la misma

A diferencia de otros actores que se declaran fans de los cómics una vez que adquieren el papel, Anne reconoce que conocía poco del personaje antes de encarnarla, pero hubo algo que le llamó la atención una vez que obtuvo el papel. “La visión que le dio Christopher Nolan a los personajes, en general, es muy distinta a lo tradicional. No es una película que se enfoque en cómo son los super héroes, sino de gente que tiene que tomar decisiones muy difíciles en su vida”.

La actriz de 29 años explica que “Selina Kyle no cambia cuando se pone el traje. Es la misma persona con y sin el antifaz. Para ella, el vestirse así es simplemente andar con el uniforme con el que trabaja”.

La profundidad del personaje, a quien define como una mujer “que trata de enmendar sus errores, y al hacerlo comete más y más”, es parte de lo que le atrajo del proyecto. “Me sentí feliz cuando me dijeron que me quedaba con el papel, aunque sí me advirtieron que habría muchas escenas de acción, pues a Christopher (Nolan) le gusta que sus actores hagan todas las escenas de pelea ellos mismos”.

¿Y que se lleva de Gatúbela? Anne sonríe. “Muchas experiencias, el poder trabajar con un reparto maravilloso en una película espectacular, eso sólo para comenzar”. Y es que lo otro es “una condición física envidiable. Fue mucho entrenamiento, clases de pelea y hasta gotcha (risas), ahora me siento mucho más fuerte”.

Tras un papel tan demandante, ¿había otro reto mayor para Anne Hathaway a corto plazo? La respuesta le llegó más pronto de lo que imaginó. “Acepté el papel de Fantine en Los Miserables (clásico de la literatura francesa) y eso implicaba drásticos cambios en mí. Unos que ni siendo Gatúblea pensé que tendría que hacer”.

Lágrimas de vanidad

Al menos por nombres, el elenco de Los Miserables suena en efecto como el tipo de películas que aspira a ser más que un “éxito de verano”. En la lista de histriones que están confirmados para la historia se cuentan rostros como los de Hugh Jackman (Jean Valjean), Russell Crowe (Javert), amanda Seyfried (Cosette), Sacha Baron Cohen (Thénardier) y Helena Bonham Carter (Madame Thénardier), entre otros, todos bajo la dirección de Tom Hooper.

Algunas actrices deciden perder peso por un papel. Otras lo ganan. Es verdad que ambos son procesos que pueden tomar meses, pero son relativamente fáciles de revertir con la disciplina adecuada. Lo que hizo Anne Hathaway para quedarse en el elenco de Los Miserables va más allá. El caballero de la noche asciende es la última película donde se podrá ver su larga cabellera, pues decidió cortarla.

“Pensé que iba a ser la gente y no yo la que le iba a dar importancia al asunto. Es algo que requiere el papel”, afirma, antes de lanzar un suspiro. “Pero cuando me lo corté, me di cuenta que era una decisión para la que ya no había marcha atrás”.

“He hecho escenas de balaceras, peleas, explosiones, salto de edificio. Todos sin problemas. Pero cuando me estaba cortando el cabello, sí lloré”, agrega antes de sonreír. La película se estrena en Navidad, y la pregunta obligada es, ¿Valió la pena? “Son los sacrificios que se deben hacer por un buen papel. Siempre es así”.

Por cierto
Lo básico de la actriz

Nació el 12 de noviembre de 1982 en Brooklyn, Nueva York.

Se dio a conocer en la comedia juvenil El diario de la princesa (2001), como Mia Thermopolis, una adolescente que descubre su linaje real.

Comenzó a llamar la atención de la crítica a partir de su trabajo en Secreto en la montaña (2005), donde encarna a Lureen Newsome.

La consagración ante la crítica llegó con El casamiento de Raquel, donde da vida a Kym Buchman, una modelo drogadicta. Por este papel fue nominada al Oscar y al Globo de Oro como Mejor actriz.