Domingo, 19 de Mayo 2024
Entretenimiento | Un desacuerdo sobre la ''Ley Sinde'' lo llevó a tomar la decisión

Alex de la Iglesia deja la presidencia de la Academia Española de Cine

El cineasta anunció que dimitirá al frente de la Academia Española de Cinematografía después de la Gala de los Premios Goya

Por: EFE

Seguirá siendo parte de la Academia pero que dejará el cargo como presidente. REUTERS  /

Seguirá siendo parte de la Academia pero que dejará el cargo como presidente. REUTERS /

MADRID, ESPAÑA (26/ENE/2011).- El cineasta Alex de la Iglesia anunció hoy que dimitirá al frente de la Academia Española de Cinematografía después de la Gala de los Premios Goya a lo mejor de 2010, debido a su desacuerdo con el debate contra la piratería cultural en Internet.  

 En un artículo que difundió este martes en el portal de Internet del diario 'El País', expuso que seguirá siendo parte de la Academia pero que dejará el cargo como presidente tras la edición 25 de los Premios Goya, el próximo 13 de febrero.  

En su texto, expuso que ello es consecuencia del debate en el que ha participado activamente sobre la llamada 'Ley Sinde', actualmente en trámite parlamentario y que trata de regular las descargas de contenidos culturales en Internet, lo que ha generado polémica.  

'No voy a dejar de discutir, pero francamente, prefiero hacerlo como director que como presidente. Lo coherente es dejarlo. Acabaré lo que he empezado, eso sí, no quiero decepcionar a los compañeros de profesión, y prometo no empañar la ceremonia (de los Goya) con este asunto', indicó.  

'Estos dos años al frente de la Academia han sido de los mejores de mi vida. He aprendido mucho, he conocido gente estupenda, pero desde un ángulo distinto al del director', afirmó.  

De la Iglesia explicó que comenzó a debatir sobre el problema de las descargas en Internet sin tener mucho conocimiento de ello, con prejuicios 'muchos y variados', y que al dialogar con las partes aprendió a conocer otras posturas.  

'De pronto descubrí que había muchos puntos en común. Nadie estaba a favor del todo gratis, estaban de acuerdo en reconocer los derechos (y obligaciones) del autor frente a su obra, y a todos les parecía correcto buscar una manera ágil y eficaz de hacerlo', comentó.  

'Teniendo posturas absolutamente divergentes, el diálogo era fluido y sobre todo, constante. En este país cambiar de opinión es el mayor de los pecados. Creo que tenemos instalado el chip de la intransigencia desde hace tiempo', agregó.  

Ante ello, tomó la decisión de mantenerse en esas discusiones, pero como director cine y no como presidente de la Academia. 

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