Jueves, 22 de Mayo 2025
Deportes | CONTRACRÓNICA Matías Almeyda en su debut con Chivas

Un 'rockstar' en el Omnilife

CONTRACRÓNICA Matías Almeyda en su debut con Chivas

Por: EL INFORMADOR

Matías Almeyda fue el protagonista al estrenarse como técnico del equipo más popular de México. EL INFORMADOR / M. Vargas

Matías Almeyda fue el protagonista al estrenarse como técnico del equipo más popular de México. EL INFORMADOR / M. Vargas

GUADALAJARA, JALISCO (21/SEP/2015).- Cabello largo, mas nunca despeinado. Traje azul de rayas tenues y una camiseta blanca. Calzado negro de impecable lustre.

Lo acordes de “Sweet Child of Mine” de Guns 'n Roses hubieran sido perfectos para enmarcar su ingreso a la cancha. “O igual una de AC/DC”, apunta un fotógrafo en el terreno de juego del Omnilife.

Es Matías Almeyda y su primera aparición en casa como técnico de las Chivas. Un “rockstar” en rol protagonista de técnico del equipo más popular de México.
Cinematográfico y fotogénico. Se mueve sólo para lo más imprescindible.

También se da a desear. Un ejército de cámaras listo para fusilarlo con sus tomas, y otro de celulares listo para tuitear su primer ingreso a la cancha del Omnilife, se llevan la primera sorpresa de la tarde cuando Matías no sale junto con los suplentes a la banca de las Chivas, sino detrás de sus titulares por el túnel central y detrás del último jugador de la formación rojiblanca.

No hay saludo para Vucetich, que voltea un par de ocasiones a la banca de las Chivas y después se desentiende del protocolo.

Almeyda asume su papel y desde el silbatazo inicial se para en la esquina superior izquierda de su área técnica, de donde no se movería en los primeros 45 minutos.

Es un “rockstar”. Manos detrás de la espalda y a veces en el bolsillo, que se mueven sólo para dar un par de indicaciones muy puntuales. Preocupado porque su equipo no termina por jugar bien, Almeyda estalla al minuto 21 cuando Bravo abre el marcador.

Festejo intenso y breve. Un par de guitarrazos, inclinando un poco la rodilla; después, recupera el estilo y para cuando llega el abrazo con su auxiliar Bonini, ya está de nuevo en su papel.

En el complemento sale igual. Parado en su área técnica, arengando al que tiene cerca. Prácticamente no hay diálogo con su auxiliar, salvo cuando éste se le acerca a decirle algo.

Sufre el cierre de partido, pero no pierde el estilo. Un guitarrazo más, al silbatazo final, y de inmediato recupera la pose. Bravo llega y algo le dice con mucha vehemencia, más tratándose de un subordinado. Matías sólo le da una palmada en el hombro.

Y es que en su casa, Almeyda es un “rockstar”.

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones