Domingo, 15 de Junio 2025
Deportes | Por Francisco Baruqui

Sin casta... poca fiesta

De los toros con verdad

Por: EL INFORMADOR

Me entusiasmaba en el cartel los toros de Los Encinos que en otras ocasiones con presentación y juego se habían prestado para lucir pero…

Pero lo enviado ayer deberá obligar al criador a una revisión tan honesta como concienzuda sobre cuál es el momento de su vacada toda vez que los bureles corridos, astifinos aunque terciados, propiciaron un desfile de descastamiento y debilidad que a la postre dieron con el traste a la función.  Sin galope de salida, ausentes de buen tranco y alguno con trote cochinero se pararon esperando, — sin sentido por fortuna para los toreros —, requiriendo más de enfermeros que de toreros que miraban, varios apenas señalándoseles un puyacito, cómo caminaban arrastrándose casi teniéndose con dificultades en pie.  Por supuesto que de transmisión y emotividad, ná de ná.

Y mire Usted, amable lector, que con el cielo azulado sin una nube, calientilla la tarde y sin brizna de viento, se hizo un entradón de casi lleno, — solo los tendidos altos de general acusaban espacios —, lo que indudablemente refleja de la gran afición que en Guadalajara existe y, hay que connotarlo, el triunfo indudable de los dos jóvenes aguascalentenses alcanzado en el embudo capitalino alternando con Ponce con rabos al por mayor, pero que de una forma o de otra, animó al público a meterse al coso.

Tanto Arturo Macías “El Cejas”, — vaya mote tan poco taurino —, como Joselito Adame desbordaron, cada uno en su personal estilo y expresión, algo en lo que basaron su actuación y que se conoce con el nombre de ACTITUD…

Actitud, que sí, con decisión y entrega; con afán y deseos; con empeño y tesón, con valor a lo largo de las lidias solo que…

Sólo que tanto el uno como el otro necesitan de más toro; de ése que tenga emotividad y transmita yendo de largo enjundioso y enrazado que obligue a someter para lucir y no al “sobeo” para arrancar lastimeras acometidas en las que termina doblando los remos tembelequeando para no caer.

Lo mejor de “El Cejas”, — pues —, fueron sendos quites por saltilleras en uno y por atropelladas gaoneras en el otro, para con la muleta emplearse en dos trasteos entre altibajos aunque, insisto, con toda la voluntad por delante, en series por los dos lados y con ambas manos que se le jalearon, rematando con lo mejor en su primero, una estocada soberbia en todo lo alto recreándose en la suerte y atracándose de toro que le valió una oreja entre fuerte división.

Con el quinto tal vez más fú que fá despenando de pinchazo y entera para franco silencio.

Por cuanto a Joselito al flojo y débil tercero a medio nivel de capote en verónicas y chicuelinas cubriendo el tercio de rehiletes con más deseos que brillantez, se dio a una faena más larga que una cuaresma sin pan exprimiendo a la res terminando de pinchazo y tres cuartos en sitio para saludos, para con el que cerró plaza, desbordándose por sus empeñosas ganas, lucir más en banderillas toreando mucho en el viaje y encontrando con facilidad toro en cualquier parte del ruedo recibiendo las palmas, y una labor prolongada buscando a por todas lucir en series por abajo con la diestra y la de cobrar rematando con estocada tres cuartos tendidilla que bastó y oreja pues.

Actuó también el centauro estellés Pablo Hermoso de Mendoza con dos bovinos romos de pitones en exceso, — está bien que se considera que se despunten pero… —  ¡Pero se han pasado..!

Y a exigencias de siempre a una autoridad tan servil como agachona, para que no se riegue la arena y no vea Usted la polvareda que levanta y el baño de tierra para los de barreras y tendidos bajos, — ya quisiera que esto se lo aceptaran en ruedos españoles en los que tiene que salir, y sobradamente lo he visto, como salir se debe, con el piso sin levantar sin  gránulo de tierra.  Y claro, luego de su participación en cada “enemigo”, a regar y apisonar para el toreo de a pie, quince minutos en cada lapso.

Bien su montaje en espléndidas cabalgaduras y su destacable monta con los consabidos números en los que la espectacularidad de los giros y alguno que otro cambio siendo alcanzado el caballo, saliendo arrancado y agitando la mano diestra al público, — bien que maneja la psicología de masas —, como si lo realizado hubiese sido lo inconmensurable.  Indudablemente que sabe vender ya que le siguen comprando empero…

Empero también, debo decirlo, matando con todas las ventajas asesinando con la hoja de peral, — estoque de rejoneador —, la que hunde siempre atrás y en los blandos y…  Y para no desentonar para que la equidad prevaleciera, pues venga, una orejita del tercero y así tutti contenti…

Lo mejor, la entrada y esa Virgen de la Macarena que el trompetista de la banda interpreta como pocos, con arte grande, que sí…

Correo electrónico: francisco@baruqui.com

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