Jueves, 09 de Octubre 2025
Deportes | Una pena, sí, que sólo venga una tarde cuando un figurón de su talla podría acallar voces justificándose con dos tardes más...

De expectación, sí; De decepción, también...

Dos, tercero y sexto, ambos del lote de Morenito, se prestaron a más por noblones y fijos, pero que se fueron diluyendo al transcurrir las faenas...

Por: EL INFORMADOR

Madrid.- Se esperaba con expectación uno de los carteles fuertes del ferial, con la única comparecencia de Enrique Ponce alternando con Sebastián Castella y Morenito de Aranda substituyendo a Joselito Adame y toros de Alcurrucén de los hermanos Lozano pero...  Pero tal espera, como la premisa taurina reza, terminó con decepción.

Decepcionante, que sí, por el juego de los ejemplares que bien presentados, astifinamente armados, bajos, con lámina e imponencia, pero con un muy alto grado de descastamiento que llevó a la desesperación.

Sin tranco de salida, ausentes de galope y sí por el contrario emplazándose y enterándose, con trote cochinero, varios frenándose y echando las manos por delante, acudieron a las puyas cubriéndose pero llegando a la muleta acusando mansedumbre, varios agarrados al piso, mucho había que sobarlos, cortos y con cierta flojedad, midiendo y regateando, saliendo con las caras altas, distraídos y desparramando la vista, doblando contrario, sin clase ni lucimiento dando al traste el festejo.

Dos, tercero y sexto, ambos del lote de Morenito, se prestaron a más por noblones y fijos, pero que se fueron diluyendo al transcurrir las faenas.

No, no se esperaba esto de una ganadería con alto nivel de triunfos que, visto queda, no pasa por buen momento, así…

Así, Enrique Ponce, pechando con el hueso del encierro puso de relieve ser el torero de época al que más toros le caben en la cabeza, a lo que si se añade una vergüenza torera desbordada que le induce a justificarse ante cualquier burel intentando agradarse a él y al público aficionado con su toreo de afiligranado poderío, sacó toda su maestría imponiéndose y dándose con oficio, exposición, — que se la jugó —, echando mano de su bien depurada técnica basada en recursos que le hicieron sacar casi agua de las piedras ante dos mansos desesperantes y un sector tradicionalmente hostil del tendido 7 que le increpaba, molesto para el torero y para el resto de la plaza, centró lo que centrar podía a los dos metiéndolos en la zarga en series de toreo por abajo con la diestra y la zurda escuchando palmas para andar bajo con la espada cobrando bajonazo y en el otro pinchando yéndose del coso con el sabor que deja el no triunfar, a pesar, lo digo, de haber estado como el sabio maestro consumado que es.

Una pena, sí, que sólo venga una tarde cuando un figurón de su talla podría acallar voces justificándose con dos tardes más.

Y también, al igual que Ponce, Castella ha estado muy por encima de sus enemigos, destacando más con el segundo con el que dispuesto y con deseos, expuso ligando series de ayudados y al natural que se le corearon.  Valiente y entregado se “desmelenó”, — vaya larga cabellera antiestética que casi llega a sus hombros y hace que la montera moleste —, buscándole los lados a sus dos, pero era imposible lucir.  Ojalá que para la feria de aniversario le acompañe más la suerte, que entre la goyesca del dos de mayo y las dos de San Isidro no encontró un toro para triunfar.

Y a punto de triunfar estuvo el esteta burgalés Morenito de Aranda, que con el capote de privilegio que tiene bordó el toreo a la verónica empezando a templar desde el cite mismo, para dibujar el lance como abriendo un abanico cargando firme la suerte con la pierna de salida, jugando los brazos y bajando las manos con aroma y sabor, armonía pura sin dejar que los pitones rozaran la seda hasta en seis lances que plasmó para cartel rematados con medias plenas de torería y…  Y vaya que fuerte se le aplaudió, que a la postre fue lo más granado de la tarde.

Con la flámula muy decidido y aprovechando los más potables del sexteto, pisando seguro buscó distancias colocándose en el sitio sin concesión alguna, rifándose la piel encelando a los alcurrucereños para aguantando sacarles los pases por los dos lados y con ambas manos mandando y templando con una expresión artística que define su buen gusto y corte de torero con profundidad y hondura, al que desde aquí le auguro, de seguir así, llegar a convertirse en figura del toreo solo que…

Solo que debe de afinarse para matar, ya que en su tranquillo no torea lo suficiente con la mano del engaño con la que debe encelar, vamos como si fuese a instrumentar uno de pecho, y no estrellar en el testuz quedándose en la cara sin pasarse en el embroque y manteniendo atrasada la mano del estoque.  Le aseguro que cuando lo supere, podrá matar los toros que valor no le falta y torería le sobra.  Pudo cortar una oreja del tercero, quedando, al fallar con el acero, en salidas y saludos en sus dos.

Sí, en Morenito de Aranda, el fino torero de Burgos hay una promesa de figura…  Que lo llegue a conseguir.

Para hoy, la décima quinta corrida isidril con toros de Salvador Domecq para Iván Vicente, César Jiménez y Eduardo Gallo, tres jóvenes espadas que necesitan triunfar, pero ya, que si no….

Correo electrónico: francisco@baruqui.com

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