Viernes, 20 de Junio 2025
Deportes | Me di cuenta de muchas cosas, buenas, malas y peores.

Cómo cuesta…

Asemeja a un vicio, cual sea, una vez que lo pruebas no quieres dejar de hacerlo...

Por: EL INFORMADOR

Cuando lo decidí, no supe lo que estaba pensando. Cuando lo dejé, di gracias a Dios, pero volteando hacia atrás y, la verdad, con ganas de arrepentirme de haberlo hecho.

Asemeja a un vicio, cual sea, una vez que lo pruebas no quieres dejar de hacerlo; te hace falta y dependes siempre de ello. Torear por primera vez, qué recuerdos, qué ganas, pero… también qué miedo. Siempre se liga todo con el toro, incluso le han denominado el “mal de montera”, una vez que te la has puesto no puedes soltarla.

Quise y lo logré, aunque no como yo hubiese querido. Me costó, y mucho; mi más hondo pesar, ver a mi madre llorando tras la ventana mientras miraba cuando me iba para actuar en alguna plaza de segunda. Yo, con un nudo en la garganta y con la zozobra de no saber si volvería a dormir en mi cama.

Me di cuenta de muchas cosas, buenas, malas y peores. Y al ser de Jalisco, cuna de grandes figuras del toreo en México y el mundo, y asechado por aquella frase tan mencionada en el argot taurino de que Jalisco necesita un torero, primero intentas a toda costa ser tú, aunque después te das cuenta de que es más difícil de lo que parece y que todos tus compañeros van por lo mismo.

Mañanas largas, horas y horas de ejercicio, pero siempre con una hambre de ser lo que te has propuesto, que incluso intentas revivir el mismo romanticismo de la fiesta, que, por cierto, ha quedado como sólo historia. Aquellos agarrones en las exitosas temporadas novilleriles en El Progreso, producto de quien en paz descanse, Don Ignacio García Aceves, sólo están en la memoria de quienes tuvieron la dicha de gozar esa época mágica de la fiesta brava de Jalisco. Nunca se ha vuelto a dar un torero como los que la historia nos heredó, qué decir del maestro Manuel Capetillo, o del mismo “Carnicerito”, incluso Pepe Ortiz, que han sido la única herencia de toreros grandes que Jalisco ha dado a la Nación.

Perseverancia

Y todo tenía que ser así, lento. Había una palabra clave para salir adelante, y ésa era perseverancia. Palabra que era como el himno de aquella institución a la que pertenecía en ese entonces, la Academia Municipal Taurina de Guadalajara, presidida hasta la fecha por Francisco “Curro” Ramírez. Y vaya que sirvió, pues en muchas ocasiones, lo difícil de la profesión da muchos contrastes, tantos, que en más de una ocasión quisieras tirar el capote, aflojar los tirantes y decir no más.

¿Quién dijo que ser torero es fácil?, se sufre, mucho y de distintas maneras. Es como una carrera de obstáculos que nunca termina, siendo el último y el más complicado, sin duda, el público. Dicen que el torero es el único actor al que le pasan cosas reales, y así es. En el andar de torero se revelan muchas cosas que tras el tendido son imperceptibles. En aquel tiempo empezamos muchos y poco a poco fuimos desertando; hoy, muchos dimos un giro rotundo a nuestras vidas, como se nos planteó al inscribirnos a la academia, y del toro sólo nos queda el recuerdo, aunque seguiremos siéndolo por toda la vida. Otros lograron conseguir su primer cometido, la alternativa.

Aquí surge entonces una cuestión que a nuestros días pareciere que es como una ley marcada por el destino mismo. Los novilleros punteros de Jalisco que logran tomar su alternativa, paran en seco; magia, tabú o quién sabe qué factor, lo cierto es que cuando muchos punteaban en la baraja novilleril de nuestro Estado, de matadores, algunos, ni siquiera volvieron a pisar la Nuevo Progreso, su plaza; de hecho, algunos dejaron de torear y mejor incursionaron en otras actividades.

¿Qué pasa con los toreros jóvenes y no tan jóvenes de Jalisco, incluso con los que aún después de su alternativa siguieron toreando? Es cierto, la situación actual de la fiesta no tiene un panorama alentador, pero todos y cada uno de los que jugamos como actores de ella somos protagonistas.

Talento sí lo hay. Acabamos de ver en la última corrida de la primera parte de la temporada 2008-2009 de la Nuevo Progreso, a un Aldo Orozco maduro como torero, valiente sin tremendismo y con cualidades que han jalado un grito de olé en la afición tapatía. Un Guillermo Martínez que ha dejado en claro sus capacidades. Un Pepe Murillo que vaya sabor para ejecutar el toreo ha enseñado en la Nuevo Progreso. Caminan, sí, con altibajos, triunfos, sinsabores, dinero y cornadas. Eso es lo que da la fiesta, dulces y hieles, golpes y caricias.

Seguiremos esperando la mejoría en la enfermedad. Lo importante de todo esto es que hay esperanza. Alguna vez me lo dijo el maestro César Rincón: “A México le hace falta un torero para que resurja su afición”. Seguiremos esperando, con perseverancia y anhelo. Aguardando mientras esa figura llega, que por un lado es el deseo de los taurinos y el parteaguas para incluir nueva afición. Mientras que nosotros esperamos que llegue ese torero que a México tanto le falta, que llene plazas, que peleé las palmas, que arranque largos y fuertes olés… el sueño de todos aquellos que algún día quisimos ser toreros.

Edgar Abraham Flores Maciel



El sueño de convertirse en figura de la tauromaquia en México es difícil de alcanzar, pero más de mantener

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones