* ''Volado''

Son valores entendidos: Benjamín Galindo aceptó vincularse con el Atlas, como auxiliar de José Luis Mata, no porque tenga apremios económicos que lo obliguen a agarrar lo que buenamente caiga, ni porque le resulte atractivo ejercer como segundo de a bordo en un equipo cuyo historial es pródigo en frustraciones y avaro en gratificaciones...

Si el “Maestro” (como lo rebautizó Rafael Almaraz, “La Voz del Estadio Jalisco”) aceptó la oferta, es porque sabe que estar como lugarteniente del comandante en jefe en un equipo de Primera División implica la posibilidad de ser instalado en el puente de mando en cuanto el destino, el azar, las circunstancias y los famosos “imponderables” del futbol obliguen a los dueños del juguete a remover al técnico... y porque para quien ha hecho del deporte su “modus vivendi”, primero como jugador y luego como entrenador,  siempre será preferible estar cerca que estar lejos.

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Galindo tiene más nombre porque como futbolista tuvo una trayectoria sobresaliente: fue jugador de Selección; fue campeón con varios equipos; fue uno de los mediocampistas mexicanos técnicamente mejor dotados y más talentosos de su generación...

Mata tuvo un historial más breve... y, sobre todo, más discreto. Sin embargo, si los dueños de la pelota se decantaron por éste una vez que decidieron, después de que la derrota del sábado ante el Toluca alargó a cinco jornadas la racha de resultados adversos, que no tenía caso prolongar hasta la muerte el agónico ciclo de Carlos Ischia como timonel, probablemente haya sido porque ponderaron seriamente una larga serie de factores...

* Primero, que José Luis tiene madera para el cargo.

* Segundo, que su designación no se limitaba a ser la clásica “carambola hecha”; que no se le promovía por tratarse del mejor candidato posible ni porque fuera el que estaba más a la mano, sino porque a su vinculación afectiva (es rojinegro de corazón) y profesional (fue jugador y ha dado sus primeros pasos como técnico en el Atlas) con la institución, se agrega su plena identificación con ésta: con su estilo tradicional; con las exigencias históricas de su público; con las sempiternas limitaciones económicas y las peculiaridades de la directiva; con las cualidades del material humano de que dispone...

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Ya el tiempo --y, más concretamente, los resultados-- dirá si tenían razón... o si jugaron un “volado” con el destino y, como de costumbre, les sale “sello”.