* ‘‘Un hombre’’

Aunque abundan los asesores oficiosos e incluso los técnicos nacionales ignotos, obsesionados en hacerle, desde ahora, la tarea a Javier Aguirre y en “soplarle” la alineación que utilizará en el partido inaugural de la Copa del Mundo, el próximo 11 de junio, ante Sudáfrica, es probable que los desvelos del “Vasco”, desde que se consiguió, a tiros y tirones, el boleto para el certamen, no consista tanto en confeccionar la lista de los 22 que serán inscritos; ni siquiera la de los once inicialistas...

La principal preocupación de Javier probablemente sea la misma que motivaba a Diógenes el Cínico, a deambular por las calles de Atenas, cuatro siglos antes de Cristo, provisto, a plena luz del día, de una linterna encendida.
--¿Por qué haces eso? --le preguntaban, burlescos, sus coterráneos.
--Busco un hombre --era su lacónica respuesta.

*

Seleccionar los nombres de los 22 llamados, en efecto, es un ejercicio relativamente rutinario. De hecho, cualquier aficionado podría elaborar su propia lista, como quien hace planas de caligrafía, guardarla unas semanas y, llegado el momento, cotejarla con la que Javier Aguirre anuncie “urbi et orbi”. Se vería, en la gran mayoría de los casos, que las coincidencias serían muchas más que las discrepancias...

Dar el siguiente paso y elaborar la lista de los 11 escogidos para el primer partido, arrojaría resultados similares. Es decir que si la alineación se hiciera democráticamente, por mayoría de votos, con relativa facilidad se lograría el consenso.

*

La verdadera complicación estriba en dar con el jugador --si es que existe-- que, ya en la cancha, marque diferencias...

En la eliminatoria, por ejemplo, la “vox pópuli” concedió ese rango, “ex aequo”, a Giovani dos Santos y Cuauhtémoc Blanco. Desde entonces, uno y otro se han desteñido sensiblemente. El primero tuvo que pasar de Tottenham inglés al Galatasaray turco, para que no le saliera lama en las piernas de tanto no jugar. El segundo terminó su ciclo en el Chicago Fire y regresó al futbol mexicano, probablemente más a cobrar por darles el gusto a los dueños del Veracruz de tenerlo como juguete caro, que a recuperar --a su edad, además: ya en la segunda vuelta del odómetro-- el prestigio que llegó a tener en sus buenos tiempos.

Ninguno está como para que se diga que “la Selección en el Mundial será ‘Fulano... y diez más’”.