Deportes | A propósito por Jaime García Elías * Paciencia... y perseverancia A propósito por Jaime García Elías Por: EL INFORMADOR 6 de diciembre de 2010 - 05:13 hs Desde que Suazo anotó el primer gol se avizoraba el descenlace. NOTIMEX / La gran incógnita duró menos de media hora... Desde el momento preciso en que Suazo, en el minuto 29 de la final-final, abrió el marcador, se avizoraba el desenlace. El Monterrey había sido, en ese primer tercio del encuentro, un cuadro arrollador. Había dado el primer aviso en el minuto tres, con un zurdazo del “Chupete” que rebotó en el travesaño. Quedó cierta duda sobre la legitimidad de la anulación del gol cuando Suazo casi arrebató el balón de las manos de Oswaldo. A cambio de que Benítez desperdiciara un regalo anticipado de Navidad de Davino; De Nigris remató desviado un remate de cerca... * La tónica fue la previsible; ante un Monterrey arrollador, impulsado por su público y por la necesidad imperiosa de remontar un marcador que de entrada le era adverso (el 3-2 del partido de ida), Santos Laguna fue, a su vez, un cuadro arrullador. Sin un lanzador que explotara la velocidad de Quintero y Benítez, tuvo que jugar más a lo ancho que a lo largo de la cancha. Careció de presencia ofensiva. En el segundo tiempo quedó patente que el Monterrey era más equipo. Mientras los rayados apelaban a la circulación de la pelota, ocupando toda la cancha para sus trazos y movimientos, Santos Laguna dependía más de la conducción: de las intentonas de que Benítez y Quintero, en lo individual, aportaran lo que el equipo no mostraba en su catálogo de recursos. * Al final, el cabezazo de Basanta (con el “pelo en la sopa” de que el balón, como suele suceder en las esquinas que no vigilan los jueces de línea, no estaba dentro del cuarto de circunferencia en la ejecución del corner) y la jugada individual de Suazo, un búfalo que se coló entre tres adversarios y un áspid que liquidó con un toque sutil cuando se plantó frente al arquero, fueron los lances decisivos; los que remacharon la historia. Demostraron que sigue vigente la frase clásica: “El futbol es paciencia... y perseverancia”. El Monterrey tuvo las dos cosas... y ahí están, irreversibles, los resultados. El título a las vitrinas del Monterrey, el cuarto a su cuenta, es historia. Las especulaciones a que dio pie el arbitraje localista, comodino, de Armando Archundia (“En las claras, lo que es; en las dudosas... a favor del público”), en su despedida como silbante, se quedan en el terreno de la anécdota. Temas A propósito Jaime García Elías Lee También Detienen a Miguel Ángel 'N', vinculado por el homicidio del sacerdote Bertoldo Pantaleón Naasón, Covarrubias, Omar… Harfuch y los medios Gobierno federal refuerza combate a extorsión y desapariciones Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones