* “Jerarquías”

Ya se verá, con el tiempo, si Javier Aguirre, como técnico nacional, resulta más exitoso --o más afortunado----- que otros colegas suyos que han pasado por el puente de mando de la Selección Nacional...

Por lo pronto, hay, ya, algunos claros síntomas de que sí es más inteligente que varios de ellos.

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Mire usted...

Para el partido de la próxima semana --amistoso, contra Colombia, en Dallas-, el “Vasco” convocó a varias “caras nuevas” y a varios jugadores jóvenes, que ocasionalmente han sido llamados al “Tri”, pero que aún no han sido suficientemente probados con el equipo nacional. Los primeros serían Patricio Araujo y Javier “Chicharito” Hernández, del Guadalajara; Enrique Esqueda, del América, y Jonathan dos Santos --hermano de Giovani--, quien empieza a figurar con el Barcelona de España. Los segundos, Paul Aguilar, del Pachuca; Antonio Castro, de los “Tigres”; Hugo Ayala y Édgar Pacheco, del Atlas; Néstor Calderón y Édgar Dueñas, del Toluca, y Omar Arellano, del Guadalajara.

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A diferencia de otros técnicos nacionales --Bora Milutinovic y Miguel Mejía Barón, muy señaladamente--, reacios a incorporar a jugadores emergentes (en la acepción de “que emergen”) en el “Tri”, a partir de la premisa de que al reciclar a cada paso la lista de los consabidos aplicaban el criterio de “respetar jerarquías”, Aguirre se inclina, evidentemente, por entender que una Selección es eso precisamente: una lista de jugadores a los que, en función de sus méritos y de su capacidad probada en un momento determinado, se prefiere con respecto a sus colegas.

Si en el futbol mexicano hubiera “cracks” (los Messi, los Kaká, los Cristiano Ronaldo, los Salvador Cabañas, los Henry, los Ibrahimovic, los Eto’o y varios etcéteras más, indiscutibles en las selecciones de sus respectivos países), habría margen para calificar de disparatada la designación de tales o cuales jugadores...

Pero como esa especie aquí no abunda, por desgracia, lo más probable es el técnico nacional, especialmente cuando los compromisos en puerta lo permiten --como esta vez que en el resultado no va de por medio el boleto para el Mundial, por ejemplo--, acierte en convocar a quienes atraviesan por un buen momento... especialmente en un capítulo en que los responsables de conseguir resultados que hagan felices a los aficionados están más desarmados que un pescadito de colores en medio del océano: el de los atacantes.

Así que...