* Final “cantada”

Se dio, finalmente, la final “cantada”...
El campeón será del Norte. La capital se quedará --“para variar...”--, con las ganas.
Una vez que el Cruz Azul, por enésima vez, fue incapaz de honrar su condición  de gran favorito, a partir de su desempeño en la etapa clasificatoria, Santos Laguna y Monterrey hicieron la tarea.
Uno de ellos, dentro de una semana, estará de fiesta. El otro..., de duelo.


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Hoy, por lo pronto, a los incondicionales del América les quedará el relativo consuelo de que su equipo salió del campo de batalla con dignidad. Nadie podrá reprocharle falta de bravura.
A pesar de que la desventaja con que llegó al partido de vuelta, tras haber perdido en casa el de ida, se incrementó en dos ocasiones, el cuadro capitalino no plegó banderas. A pesar de que la consigna inicial, de ganar por dos goles de diferencia, se complicó aún más, cuando Santos Laguna llegó a tener el marcador 1-0 y 2-1 a su favor, los “aguiluchos” no tiraron la toalla. A pesar de que los locales, con un hombre menos durante los 20 minutos finales, pusieron el 3-2 en la registradora, el América se negó a morir.
Moralmente, pues, el equipo de Manuel Lapuente cayó de cara al sol. Lo cual --valga la reiteración-- se limita a ser un consuelo, pero no modifica la parte medular de la historia: que el América (como el Guadalajara, como el Cruz Azul, como el Toluca...) se quedó, por esta vez, en calidad de “extra”; no en la de “protagonista” para la que se preparó lo mejor que pudo... pero quizá no invirtió lo suficiente.


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En el otro duelo de la jornada dominical, el Monterrey hizo en los cinco minutos finales lo que no pudo en los 175 anteriores.
Al margen de las oportunidades que Suazo --en tres ocasiones-- y De Nigris malograron, quedó la sensación de que los reyneros salieron con la consigna de conjugar uno de los verbos que mejor domina su técnico, Víctor Manuel Vucetich: especular.
Sólo al final, sendos contragolpes se resolvieron con los goles de Suazo y Cardozo.
Fue, en esas condiciones, la reivindicación de la lógica... y el desencanto para los “Pumas”, que se quedaron con el consuelo de haberle puesto el cascabel al gato (el Cruz Azul), pero no consiguieron redondear el papel de “equipo cenicienta” del certamen.