Museo Nacional del Virreinato celebra su 48 aniversario

CIUDAD DE MÉXICO (19/SEP/2012).- Para celebrar su 48 aniversario de existencia, el Museo Nacional del Virreinato (MNV), situado en Tepotzótlán, abrirá sus puertas la noche de este viernes, ofreciendo múltiples actividades para el disfrute del público, entre ellas destaca una observación astronómica.

La velada estará engalanada por la astronomía, ciencia que pese haber sido cultivada con gran interés en el periodo novohispano por religiosos de la Compañía de Jesús, hoy poco se conoce sobre su relación y la de este recinto, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

De acuerdo con la directora del Museo Nacional del Virreinato, Cecilia Genel, la iniciativa de la conmemoración nocturna surgió luego de la exitosa respuesta que tuvo el recinto en la Noche de Museos, cuando recibió cerca de mil visitantes.

Consideró que abrir el museo de noche es una oportunidad para que sea la comunidad de Tepotzotlán se acerque y apropie de él como parte de su patrimonio.

Durante las actividades se harán recorridos por las salas museográficas a través de un rally, y los ganadores serán acreedores a un reconocimiento; se proyectará la película "El fantasma del convento" (1934), filmada en ese ex colegio cuando aún no era museo nacional.

También se llevará a cabo una plática sobre los trabajos arqueológicos, de investigación y de rescate de pintura mural realizados el recinto, a cargo de la arqueóloga Reyna Cedillo.

El programa incluirá además un video sobre el reloj mecánico del inmueble virreinal y la exhibición temporal "El pecado y las tentaciones".

Igualmente, la doctora en Astrofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México, Olga Mucharraz González, expondrá los resultados de su investigación sobre el uso de manuales de astronomía a partir de los cuales fue construido el ex colegio jesuita de Tepotzotlán.

En base a una serie de investigaciones, la especialista señala que el ex colegio jesuita de Tepotzotlán, Estado de México, hoy sede del MNV, fue construido en el siglo XVII a partir de manuales de astronomía y matemáticas, con la finalidad de convertir al propio edificio en un instrumento de enseñanza de la astronomía.

A partir del estudio de las obras completas del astrónomo jesuita de origen alemán Cristóbal Clavio (Clavis), Mucharraz González encontró relación entre las propuestas de los libros y la arquitectura religiosa.

Para constatarlo durante un año acudió en diferentes fechas y horas del amanecer a realizar observaciones en los espacios interiores y exteriores del ex colegio jesuita.

En sus observaciones, Mucharraz definió una serie de reflejos, sombras y ángulos de incidencia de luz solar sobre ciertos muros, pisos, ventanas y esculturas de la edificación virreinal, que muestran el transcurso del tiempo que sólo se distinguen en la MNV durante determinadas épocas del año, principalmente en los equinoccios y solsticios.

Explicó que algunas proyecciones también coinciden con fechas litúrgicas y de santorales. El solsticio de invierno resulta interesante porque hay referencias a la Virgen de Guadalupe, particularmente en el caso de partes de los jaculatorios, como estrella de la mañana, torre de marfil.

Estas breves oraciones se representan en sombras, reflejos o luces que duran instantes, son fugaces, y solo el ojo entrenado de un astrónomo y estudioso del tema puede identificar.

Los estudios se hicieron con un equipo de maestros y estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la UNAM y tuvo como objetivo rescatar la ciencia novohispana muchas veces olvidada, la investigación, también pretendía observar la iluminación del recinto al amanecer para saber si la arquitectura había estado determinada por la adopción del nuevo calendario, el gregoriano.

En 1582 el mundo cambió el calendario solar o juliano por uno lunar-solar, el gregoriano, con la finalidad de fijar el momento astral en que debía celebrarse la pascua y dar regularidad al calendario litúrgico.

Cristóbal Clavio fue partícipe en el cambio calendárico y dentro de los libros que se usaban como textos obligados para el estudio de la astronomía en el colegio de Tepotzotlán, estaba precisamente la obra de éste autor, refirió.

La aportación de los jesuitas a la astronomía en la Nueva España es muy importante y por lo general su referencia es omitida, la enseñanza de esta ciencia era obligatoria, lo mismo que las matemáticas. La comunidad religiosa logró una relación respetuosa entre la ciencia y la religión, haciéndolas compatibles.

Como parte de su investigación, Mucharraz ha hecho observaciones en edificios religiosos coloniales jesuitas y franciscanos de Querétaro, Durango, Zacatecas y Tlaxcala, y ha encontrado las mismas referencias.