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Cultura | Nada le era ajeno. Sabía de economía, teatro, ópera, cine y literatura

Escritores mexicanos recuerdan a Carlos Fuentes

Gonzalo Celorio, Xavier Velasco, Ángeles Mastretta, Cristina Rivera Garza y Rosa Beltrán ponen de relieve las cualidades del escritor

Por: EL INFORMADOR

Escritores recuerdan la labor de Carlos Fuentes.  /

Escritores recuerdan la labor de Carlos Fuentes. /

GUADALAJARA, JALISCO (27/NOV/2012).- Carlos Fuentes era generoso, amigable. Era una autor disciplinado, incombustible. Era un histrión, un hombre que no se murió de hambre al decidirse a ser escritor, pues vestía bien y no se advertían arrugas en sus impecables trajes. Le gustaba cantar y ser sus mejores personajes cuando comía con sus amigos.

Nada le era ajeno. Sabía de economía, teatro, ópera, cine, literatura... Tenía una genuina pasión política amansada por la templanza crítica que lo caracterizó, dicen los escritores Gonzalo Celorio, Xavier Velasco, Ángeles Mastretta, Cristina Rivera Garza y Rosa Beltrán, quienes a las 19:00 horas  se congregaron en el Salón 4 de Expo Guadalajara para hablar sobre las virtudes del escritor mexicano.

Gonzalo Celorio resaltó que han quedado sus novelas, cuentos y ensayos, pero se ha perdido su opinión, su liderazgo intelectual, su alegría asidua.

El novelista y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua escribió un texto titulado "Sin Carlos Fuentes" en el que destacó la labor crítica del escritor de Aura, que murió "lúcido, fecundo, jovial, apuesto, saludable... así como había vivido".

Ángeles Mastretta resaltó que los libros de Fuentes invocan su obsesión por el tiempo, obsesión que se trasladó a su vida diaria, pues a 14 años de su muerte (falleció en mayo pasado), la escritora de Arráncame la vida trajo a la memoria las preocupaciones por escribir más, que en sus reuniones advirtió en el escritor: "Traía un reloj sobre los hombros".

Creció en Puebla oyendo hablar de Carlos Fuentes y dijo que nunca pensó en que llegaría a ser su amiga y que lo iba a querer tanto como lo quiso.

Al principio, Rosa Beltrán leyó un texto en el que subrayó que conoció a Carlos Fuentes en libro cuando a los 16 años se hundió en las páginas de La región más transparente. Contó que con la narración de la Ciudad de México que se trenza en ese libro, supo que empataba con la visión literaria de Fuentes que con la de la realidad.

Además, puso de relieve novelas como La muerte de Artemio Cruz, que corona la novela de la Revolución y que más que un personaje, sirve como la imagen de un país masculinizado.

En su oportunidad, Xavier Velasco relató cómo a los 14 años de edad, acomplejado con las historias de los hermanos Grimm, descubrió a Carlos Fuentes. El autor de Diablo guardián hizo reír a la concurrencia al contarles cómo fue un "discípulo distante" de Fuentes cuando lo siguió en innumerables conferencias y tiempo después le confesó que era su "acosador".

Añadió que en su relación la reverencia del uno por el otro se fue aflojando por la risa inmiscuida en cada una de sus conversaciones.

Cristina Rivera Garza recordó cuando emprendió su cruzada para estudiar un posgrado en la Universidad de Houston y encontró un libro de Carlos Fuentes.

La publicación titulada "Myself with others" fue bien recibida por la crítica estadounidense. El libro resaltaba su estatura intelectual, su carisma y su humor. Su desenvoltura al referirse a autores de la talla de Cervantes, Borges y Kundera.

EL INFORMADOR / GONZALO JÁUREGUI

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