Viernes, 03 de Mayo 2024
Cultura | Mitos geniales del periodismo cultural

El mundo alucinante

Mitos geniales del periodismo cultural

Por: EL INFORMADOR

GUADALAJARA, JALISCO (12/FEB/2012).- Una de las ideas fijas de nuestros escritores es la execración del periodismo con el que conviven. La mayor parte de los plumíferos nacionales, ante las grabadoras o fuera de ellas, consideran que la información cultural está en manos de ineptos. Como tengo la impresión de que los escritores mexicanos son casi infalibles en el error y como parte de mi trayectoria profesional ha ocurrido en las páginas culturales de los periódicos y algo sé de lo que sucede en ellos, me atrevo a disentir.

Cierto es que la mayor parte de las empresas de comunicación en el país (rara es la que no) han reducido los espacios dedicados a la difusión de actividades culturales al mínimo (los suplementos dominicales casi han fenecido, por ejemplo), aduciendo motivos que van de lo económico (“es que ni lee ni se vende”) a lo editorial (“entendemos la cultura como algo más amplio que las bellas artes”; o sea, espectáculos matangas y toros). Sobra decir que nada de ello es verdad y que, generalmente, lo que sucede es que los empresarios de medios (y no pocos de sus directivos y editores) son acémilas perdidos en cuestiones de arte: ni lo consumen ni les interesa y el espacio que se le conceda les parecerá siempre una exageración. Reducido al absurdo, podríamos decir que México es un país en el que si destripas al vecino ganas un encabezado, pero si escribes una novela te exaltan, con suerte, a la página 25 de la sección H (extremo inferior izquierdo).

Defiendo, sin embargo, al periodista cultural de cepa. Aquel que, cuando se entusiasma ante la lectura de un título cualquiera, busca al autor, aunque no haya oficina de prensa que se lo promueva; aquel que se afana por recordar el libro que nunca estuvo de moda o se olvidó; aquel que, en vez de presumir su foto con el futbolista o el politicazo, rememora la mañana que se tomó un café con la Gordimer o pudo preguntarle tres cosas a Vila-Matas. No abundan, claro, pero tampoco han dejado de existir. Resisten, como una guerrilla amable, entreverados en redacciones y estaciones de radio e incluso en televisión o refugiados en portales digitales y blogs.

Han sobrevivido a sueldos raquíticos, a editores pelmazos que opinan que todo lo que no sea best seller es Cuatitlán (por ellos, es día que conocemos más la vida de Carlos Fuentes que la de nuestras tías), a colegas negados, que enloquecen de ira a los escritores porque no se tomaron la molestia de leerlos antes de interrogarlos sobre la píldora del día siguiente, el desempeño del Chicharito o los devenires de la Maestra Gordillo…

Como no creo que el pasado fuera la edad de oro, celebro a estos renegados.

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones