Diálogos de la danza contemporánea en el ITESO

GUADALAJARA, JALISCO (24/OCT/2013).- Con una mirada o un ademán, hay parejas que se dicen todo. Gracias a un solo movimiento, son capaces de transitar de la indiferencia a la seducción y del amor al odio. Sus vidas pueden ser resumidas a una sucesión de escenas: teatrales, absurdas y cadenciosas. En carne y hueso o a través de una pantalla. En tiempo real o en rewind.

Así lo demostró el montaje de danza contemporánea "Chocolate", de la compañía capitalina Camerino 4, la noche del miércoles a las 20:00 horas en la apertura de la undécima celebración del Festival Cultural Universitario del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). También se presentó el espectáculo "Los Divinos". Ambas coreografías fueron interpretadas por un dueto de bailarines dirigidos por Magdalena Brezzo, también directora de dicha compañía.

La propuesta central de Camerino 4 es crear diálogos entre la danza contemporánea y otros lenguajes artísticos, tales como el cine, el teatro y las artes visuales. El espectáculo se presentó ante una audiencia de jóvenes, adultos de mediana edad, adultos mayores y varios niños en el Auditorio Pedro Arrupe de esa casa de estudios, el cual lució prácticamente lleno.

La primera puesta en escena --"Chocolate"-- corrió a cargo de los bailarines Flor Garfias y Tlathui Maza, quienes en un tono entre dramático y de humor negro, interpretaron escenas íntimas de la vida en pareja, que a menudo se ve rebasada por la costumbre y los problemas de comunicación que tienen al estar inmersos en realidades distintas.

Los bailarines se movieron al ritmo de música tecno fusión, minimalista, mientras alternadamente se escuchaban fragmentos de la charla entre un hombre y una mujer sobre el amor y sus vericuetos, la cual parecía extraída de una película.

A lo largo del montaje, los intérpretes utilizaron algunos elementos de utilería como una cafetera, una taza, una silla y una pistola. Garfias llevaba un vestido corto y gris, y una alborotada melena en tonos naranja. Por su parte, Tlathui vestía pants y sudadera y era portador de una distinguida cabellera de abundantes rizos.

Los movimientos de ambos --a veces espejo el uno del otro, a veces en conflicto-- simulaban enamoramientos, erotismos, desprecios y manierismos cotidianos que se ven entre una mujer y un hombre. La chica intentaba seducir a su pareja descubriéndose el hombro o lo atosigaba con besos, a lo que éste respondía con arrebatos de desdén.

Después de 40 minutos, el turno fue para "Los Divinos", que contó con la participación de Mauricio Rico y de nuevo, Tlathui Maza. El espectáculo comenzó con el audio intervenido de un partido de tenis, que mezclaba las observaciones de un comentarista con el sonido de las raquetas y de los deportistas.

Rico y Maza comenzaron por reconocerse lentamente: el primero sacudía al cadáver del segundo, que permanecía tieso pese a los movimientos desafiantes. Después comenzó el desarrollo de una analogía sobre los enfrentamientos y la tragedia de la muerte.

La pieza forma parte de una trilogía que aborda el fenómeno de las muertes violentas de la lucha contra la delincuencia organizada que ha enfrentado el país en los últimos años.

EL INFORMADOR / BRENDA RAMOS