Destino de ensueño que no pierde su toque residencial. Reino natural, pero a una hora de la Ciudad de México. Pueblo con ambiente mágico y escenarios de lujo. Valle de Bravo es una joya que se encuentra en el corazón de nuestro país que con el paso de los años se ha pulido hasta convertirse en un diamante que todo viajero busca explorar.Cerca de Toluca y la Ciudad de México, Valle de Bravo es un destino irresistible para pasar el fin de semana en buena parte porque tiene opciones para todos. Quienes gusten viajar en familia encontrarán ofertas que se ajustan a todas las edades. Pero también existe una interesante oferta de rincones románticos, perfectos para encender la llama de la pasiónEl encanto de Valle también reside en ese toque de Pueblo Mágico que tiene. Alojamiento de corte rústico para los fanáticos de estar en contacto con la naturaleza y calles empedradas para aquellos que gustan salir de excursión por las calles. Pero ojo, que también hay hoteles que ofrecen hospedaje de lujo, con todo tipo de comodidades. Como siempre, será tu presupuesto y los planes que tengas para viajar los que determinen el tipo de experiencia que obtengas.El recorrido por Valle de Bravo siempre comienza por su corazón. Allí se encuentra la Plaza de la Independencia, punto de encuentro para turistas y habitantes del pueblo, donde el aire se respira con una pureza muy especial. Otros puntos imperdibles son la iglesia de San Francisco de Asís y el templo de Santa María Ahuacatlán, donde se halla una imagen de un Cristo Negro que es considerada como milagrosa por la comunidad.Un elemento que hace popular a Valle de Bravo es el fastuoso entorno natural que presume. El mar de pinos y oyameles que rodean los cerros y el valle en sí, lo hacen un oasis verde en el corazón del país. Las actividades al aire libre y las largas caminatas son parte básica de la experiencia de todo viajero.En los alrededores de Valle (en Avándaro) se encuentra la Cascada Velo de Novia, que con sus 35 metros de caída y fabuloso entorno natural son un pretexto perfecto para disfrutar de una tarde de ciclismo, cabalgata o nada más dar una vuelta para caminar.No puedes tener un viaje completo a Valle de Bravo sin disfrutar de los múltiples recuerdos de viaje. En el primer cuadro se encuentra su mercado de artesanías, donde podrás encontrar trabajos típicos como cerámica de alta temperatura, vidrio soplado, cerámica de barro, tejidos a mano, bordados mazahuas, hierro forjado, cestería de ocoxal, madera y deshilados, entre otros.Otro infaltable en la agenda es el Parque Pino, donde se encuentra un ahuehuete de 600 años de antigüedad, lugar donde también se encuentran vestigios arqueológicos. Aunque poco conocido, el Parque Pino es un indispensable en la historia de este pueblo, pues fue aquí que se fundó Valle de Bravo en 1530.Si te gusta practicar el ala delta o parapente en Valle visita los campamentos de Cerro Pelón y el Peñón del Diablo, punto de encuentro para aquellos que gustan y buscan los deportes de altura.LEE MÁS del Suplemento Pasaporte cada domingo en la edición impresa de EL INFORMADOR o consulta la edición hojeable a continuación:
