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Navidad al estilo mexicano

Es uno de los festejos que los mexicanos han apropiado a su estilo y acuñado en la intimidad de los hogares. J/Monroy
Aunque la mayoría de costumbres y tradiciones son resultado del mestizaje entre la cultura española y el legado prehispánico, a lo largo del tiempo México ha logrado consolidar hábitos propios de su identidad adaptando las festividades universales muy a su modo, muy a la mexicana.
La Navidad es uno de los festejos que los mexicanos han apropiado a su estilo; en la decoración, con colores y aromas que se han acuñado en la intimidad de los hogares, la comida y los cantos.
Al ser un país en su mayoría de creencia católica y cristiana, un emblema indispensable que se manifiesta en cada Navidad es la colocación del “Nacimiento”, en el que se refleja el alumbramiento de Jesucristo o “El Niño Dios” por parte de la Virgen María, tras su peregrinación en compañía de José.
Más allá del origen y significado del “Nacimiento”, en México se ha convertido en un verdadero ritual que, a la par, ha impulsado la artesanía con “Nacimientos” que destacan el ingenio y técnicas ancestrales como el barro, la paja tejida y la cerámica, por ejemplo, que apuestan por representar a los personajes desde los formatos más miniatura, hasta los monumentales que son llevados a las plazas públicas para aderezar el ambiente festivo durante diciembre hasta la llegada de los “Reyes Magos” el 6 de enero.
Paralelamente a la puesta del “Nacimiento”, el arbolito navideño es otra característica arraigada en los mexicanos, que con árboles sintéticos o naturales invitan a la reunión familiar para su decoración con una infinidad de posibilidades creativas, desde aquellas que atienden a la cultura anglosajona con estrellas y esferas cristalizadas y metalizadas, hasta series de luces multicoloridas, sin olvidar los listones brillantes, las piñas y naturaleza muerta o deshidratada endémica de cada región, como la “Noche buena”, flor característica de México que también es utilizada como ornamento decorativo en los hogares y espacios públicos de la ciudad.
Sabor de casa
Por más universal que sea una receta, en México éstas adquieren identidad propia gracias a las técnicas y sabores que cada hogar brinda a la mezcla de ingredientes y técnicas de preparación. Por ejemplo, el pavo relleno, si bien es de origen más estadounidense y europeo, en suelo mexicano las nueces, las mieles, el chile cascabel y pasilla, la manzana, piña, elotes y hasta el aguacate se han convertido en elementos infaltables a la hora de la cena navideña, sin olvidar el aromático ponche caliente nutrido de cañas, pasas, naranjas, granadas, mandarinas y canela que dan un toque más casero.
Los guisados de romeritos y bacalao son protagonistas indiscutibles del centro del país y la capital, sin embargo, en Jalisco los tamales, carnes asadas, pollos horneados y el pozole son una constante navideña, al igual que en el norte los cortes, el cabrito sazonado y las barbacoas y los lechones tatemados son indispensables para los paladares.
Fiesta con piñatas
El ambiente festivo de cada familia es otro cantar que diferencia a México de otras regiones del mundo. Para empezar, los “bolos” o “aguinaldos” (conocidos así también en Morelia) con dulces y frutas de temporada o hasta con un juguete para los niños, es un emblema en las posadas y la Noche Buena.
Las piñatas. ¿Quién resiste a la posibilidad de apalear a un cántaro de barro o una canastilla de papel periódico? Casi nadie y las piñatas tradicionales con sus picos brillantes que reflejan los pecados capitales y las malas experiencias del año, son un deleite festivo para la unión familiar, y que de paso, enaltece otra de las tradiciones artesanales propias de México.
DR
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