Viernes, 29 de Marzo 2024
Suplementos | Por: Ma. Cristina Santana de Silva

Guadalajara en un llano

Recuerdos de la Semana Santa, días de identificación con el dolor de Jesucristo

Por: El Informador

La Última Cena del veneciano Tintoretto. ESPECIAL

La Última Cena del veneciano Tintoretto. ESPECIAL

“Fue sacrificado, muerto y sepultado; al tercer día resucito de entre los muertos.  Subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso”

En el año litúrgico cristiano, durante la Semana Santa que comienza con el Domingo de Ramos, se celebran ritos solemnes para conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo… es el periodo de más intensa actividad dentro de la Iglesia. A mediados del siglo pasado, la cuaresma eran días de mortificación y sacrificios… la Semana Santa era de guardar, no había clases, no íbamos al cine, ni escuchábamos música… eran los días dentro de la cuaresma en que realmente nos identificábamos con Jesucristo y su Santísima Madre.

El Jueves Santo, el sonido de las campanas era sustituido por matracas que se colocaban en las torres de los templos, por la tarde hacíamos recorrido para la visita de los siete monumentos, y al terminar, comíamos empanadas de crema, piña o fresa, que sabían a gloria después de abstenernos de lo que prometíamos no comer esos días.

El Viernes Santo era día triste, no había risas ni juegos, a las tres de la tarde rezábamos y el papá leía La Pasión, por la noche en la Iglesia seguíamos el Via Crucis… muchas señoras se vestían de negro, acompañando en su dolor a la Virgen.

El sábado se abría la Gloria cuando se escuchaba gran repique de las campanas de todas las iglesias, señalando el fin de la cuaresma… se anulaban promesas y prohibiciones,  se quemaban “los judas” figuras de papel y cartón con cohetones, a los que se ponían nombres de los cuales de hacía “mofa”.

En la actualidad el Sábado Santo es el día de espera litúrgica por excelencia, de espera silenciosa junto al sepulcro… después de la solemne expectación nocturna de la Resurrección, se inauguran los gozos de la Pascua, cuya exuberancia compensa los días de sacrificio por la cuaresma.

Gracias a Jesucristo que nos da vida y salud para poder disfrutar esta semana de asueto, recordando la Pasión, Muerte y Resurrección de quien dio la vida por AMOR.

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