El obispo emérito de Chilpancingo, Guerrero, Salvador Rangel Mendoza, sigue delicado de salud por los efectos de las drogas que le dieron, por eso no ha podido rendir su declaración ante las autoridades, afirmó el secretario de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Ramón Castro Castro."No está bien, no puede articular bien las palabras y alguna idea todavía. Está con su familia, tratando de descansar y recuperarse", dijo Castro Castro.Sobre las declaraciones del comisionado de Seguridad, José Antonio Ortiz Guarneros, quien afirmó que el obispo de Chilpancingo ingresó por su voluntad a un hotel en compañía de otro hombre, el obispo de la diócesis de Cuernavaca señaló que "el almirante ha hecho declaraciones que no le corresponden".El obispo presidió la firma del "Compromiso por la paz" y para ello convocó a las tres candidatas al gobierno de Morelos, Margarita González Saravia de la coalición Sigamos Haciendo Historia en Morelos; Lucía Meza Guzmán, abanderada del PRI-PAN-PRD-RSP y Jessica Ortega de la Cruz, candidata del MC y Morelos Progresa. Al concluir la firma, el obispo de Cuernavaca replicó la hipótesis de la Fiscalía General del Estado respecto a la comisión del delito de secuestro exprés en contra de su homólogo de Chilpancingo.¿Y confía en ese dictamen de la fiscalía?, le preguntaron. "Nosotros de alguna manera debemos de confiar en las instituciones de lo que deben hacer", respondió.De acuerdo con la carpeta de investigación que abrió la Fiscalía General del Estado, el obispo emérito de Chilpancingo salió de la casa que renta en el municipio de Jiutepec, Morelos, el sábado 27 de abril, alrededor de las 07:42 horas a bordo de una camioneta de la marca Volkswagen, modelo 2024. Su compra la realizó en marzo pasado y todavía trae permiso para circular. De acuerdo con sus colaboradores más cercanos, salió de su casa con una bolsa de plástico, de color negro, sus identificaciones y su tarjeta bancaria.Sus colaboradores indicaron a la Fiscalía General del Estado que su estado de cuenta de Bancomer registró dos movimientos de retiro. Uno a las 09:47 horas de ese sábado y otro a las 21:15 horas del domingo 28 de abril pasado. Este último fue realizado en un cajero automático de la avenida Domingo Diez, situado en la zona norte de Cuernavaca.No había motivos para que el obispo se alejara de sus actividades rutinarias, declaró Juan Ricardo Negrete Cárdenas, sacerdote de la parroquia Santuario de la Virgen de la Natividad, con sede en Chilpancingo, cuando fue a presentar la denuncia por desaparición de persona y lo que resulte en agravio del obispo Salvador Rangel Mendoza de 78 años de edad, cumplidos cuatro días antes del presunto secuestro exprés.Lo primero que hicieron el sacerdote, el chofer del obispo y el dueño de la casa que habita Monseñor Salvador Rangel, fue revisar la estancia y no encontraron huellas de hurgamiento, tampoco datos de violencia en accesos, es decir, concluyeron, la salida del obispo había sido voluntaria. En una mesa localizaron el teléfono móvil.A las 10:00 del lunes 29 de abril, el párroco Juan Ricardo Negrete decidió presentar la denuncia ante la Fiscalía General del Estado, junto con el abogado morelense Pedro Martínez Bello. Contó que él fue avisado de la desaparición del obispo por el chofer del obispo y el dueño de la casa Ing. Oscar Diaz Venegas. Ambos lo llamaron vía telefónica y le sugirió revisar las cámaras de la casa y a partir de ese momento se generó la búsqueda.Al salir de su casa, el señor obispo llevaba pantalón de vestir de color negro, camisa manga larga de color lila o rosa, zapatos de piel de color café de agujetas. "No fuma, no toma bebidas alcohólicas, no consume drogas, no ha estado detenido, no pertenece a célula criminal ni pandilla, es célibe, es sano controlado, padece hipertensión. No es agresivo, no había tenido ninguna amenaza, no hemos recibido ninguna exigencia de pago de rescate por él, no he sabido que alguien le deseara hacer algún daño", declaró el sacerdote ante el agente del Ministerio Público, Roberto Quiñones Báez. Aportó asimismo que el obispo nunca ha llegado a perder el conocimiento, tampoco le han "cobrado piso", no ha sido amenazada de secuestro ni nada.El mismo día de la denuncia por desaparición, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) emitió un aviso de alerta por la ausencia del obispo emérito. Horas después, fue hallado en la sala de urgencias del hospital José G. Parres de Cuernavaca. La nota de Trabajo Social indica que ingresó el domingo 28 de abril a las 13:21 horas y lo alojaron en la cama 18 del área de Urgencias adultos, en calidad de desconocido, ya que no dio su nombre.El obispo fue llevado al hospital por la ambulancia del Centro Regulador de Urgencias Médicas (CRUM) número 1038, aunque de primera instancia trascendió de forma errónea que su traslado había sido realizado por la Cruz Roja. Los paramédicos que llevaron al jerarca católico dijeron a Trabajo Social que estaba inconsciente y desnudo en una habitación del hotel Real de Ocotepec, en el poblado del mismo nombre, situado al norte de Cuernavaca.Los paramédicos presentaron las pertenencias del paciente en una bolsa negra y en el interior encontraron un pantalón de vestir gris obscuro, una camisa a cuadros color morada, un gel lubricante íntimo y un estuche pequeño color negro con 6 condones, uno de ellos abierto, así como cinco pastillas azules. De acuerdo con el testimonio, no se le encontró ninguna identificación ni dinero u objeto de valor alguno, y mencionaron que cuando arribaron al lugar el paciente solo les pudo decir que se llama Salvador.El ingreso del paciente fue reportado al Ministerio Público para su posterior entrevista y la localización de sus familiares, así también para la elaboración del estudio socioeconómico. Personal de Trabajo Social llamó vía telefónica al hotel Real de Ocotepec para saber con qué nombre se había registrado el paciente, sin embargo, la persona que respondió se negó a identificarse y sólo dijo que el sitio opera como hotel y motel y el paciente utilizó el motel y, por lo tanto, ahí no se registran a las personas, ya que entran por un rato.Pasadas las 18:00 horas llegó el fiscal Uriel Carmona Gándara al hospital de Cuernavaca para corroborar la identidad del paciente y confirmó que se trataba del obispo emérito de Chilpancingo. A su salida sostuvo que el prelado había sido víctima de un secuestro exprés.Al otro día, el martes 30 de abril, el secretario de gobierno en funciones de gobernador, Samuel Sotelo Salgado, puso en duda el secuestro exprés del obispo y reveló que fue visto por última vez en una pizzería del municipio de Emiliano Zapata, donde se reunió con un trabajador de ese negocio. "Los datos objetivos que se tienen es que hubo dos retiros, de dos cajeros, uno en la mañana del sábado y otro en la tarde-noche, pero no hay testigo o cámara (de video vigilancia) que haya visto que lo hayan privado de la libertad como tal, salvo lo que haya obtenido la fiscalía el día de hoy", dijo Sotelo Salgado.Dos días después, el comisionado estatal de Seguridad, José Antonio Ortiz Guarneros secundó al gobernador temporal y sostuvo que no existen elementos para suponer secuestro exprés contra el obispo de la diócesis de Chilpancingo. "Las evidencias que hay en el caso ya se las dimos a la fiscalía. Hasta donde sabemos entró voluntariamente al hotel, con una persona del mismo sexo, y esa persona después se retiró", declaró el jefe policiaco a la prensa.* * * Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp * * *OA