Martes, 07 de Mayo 2024

Revelan mensajes entre Rautel y Vanessa para ocultar la muerte de Ariadna

En las conversaciones entre los presuntos feminicidas se puede leer que, incluso, sugirieron que la joven se habría quitado la vida

Por: Mariana A. Sánchez

De acuerdo con los mensajes intercambiados entre a pareja, maquinaron una versión de los hechos con la que intentarían sembrar la idea de que Ariadna salió viva del departamento del presunto homicida. ESPECIAL/ www.fgjcdmx.gob.mx

De acuerdo con los mensajes intercambiados entre a pareja, maquinaron una versión de los hechos con la que intentarían sembrar la idea de que Ariadna salió viva del departamento del presunto homicida. ESPECIAL/ www.fgjcdmx.gob.mx

Luego de que se compartieran algunos de los detalles de la necropsia realizada a la joven Ariadna Fernanda, de 27 años, por parte de la Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la Ciudad de México (CDMX) se ha puesto a disposición de las autoridades a los dos principales sospechosos del presunto feminicidio: Rautel “N” y Vanessa “N”.

Las conversaciones por mensajería de ambos, quienes eran pareja, revelaron nuevos detalles que se aúnan a la carpeta de investigación de la FGJ, los cuales evidenciaron su intención de encubrir el delito y eludir la justicia.

Las referidas conversaciones quedaron registradas en los teléfonos de los implicados, a las cuales un diario nacional tuvo acceso recientemente luego de que las autoridades lograron rescatar algunos de los mensajes de WhatsApp.

Cabe mencionar que estos mensajes fueron borrados por los detenidos luego de que el cuerpo de Ariadna fuera arrojado a la carretera próxima a Tepoztlán.

“Me da miedo todo esto”, se puede leer en uno de los mensajes que Rautel “N” le envía a su novia Vanessa el 2 de noviembre, es decir, dos días después de la muerte de Ariadna, todo mientras las amigas esta les hicieron saber que denunciarían la desaparición de la joven.

“Está bien que cooperemos, pero con cuidado en los detalles”, vuelve a escribir Rautel, quien ya ha sido vinculado a proceso por el feminicidio el día de ayer.

De acuerdo con el análisis de los mensajes intercambiados entre los implicados, se puede ver cómo estos intentaron fabricar una versión de los hechos que les ayudara a evitar ser vinculados a la muerte de la joven, quien fue velada por sus familiares y amigos el pasado sábado.

Recreación de los hechos

De acuerdo con información revelada por un perito de la FGJ, la última vez que se le vio con vida a Ariadna fue el 30 de octubre, luego de haber asistido al restaurante Fisher’s, en la colonia Condesa de la CDMX. En el lugar se le vio acompañada de un grupo de amigos, entre ellos, Rautel “N”.

Posteriormente, se trasladaron en conjunto a la casa del presunto feminicida, la cual se encontraba a penas a unas 10 cuadras del referido restaurante. El grupo de amigos llega al edificio, se les ve entrar al departamento de Rautel y apenas media hora después, varios de ellos comienzan a abandonar el lugar, quedándose solamente el anfitrión, Vannesa (su pareja) y Ariadna Fernanda.

A la mañana siguiente, a las 10:27 horas de la mañana, se puede ver los videos de la cámara de seguridad que el chofer personal de Rautel arriba al lugar y se retira tan solo unos minutos más tarde.

Ese mismo lunes 31 de octubre, aproximadamente una media hora después, se le puede ver a Rautel cargar el cuerpo con rigor mortis (de acuerdo con la observación de un perito) de Ariadna por el edificio, el cual sube a una camioneta. Las últimas imágenes captadas por las cámaras de seguridad muestran que el presunto feminicida abandona el lugar y se dirige a Tepoztlán, en donde posteriormente el cadáver de Ariadna es encontrado.

Analizan los mensajes entre Rautel y Vanessa

Las publicaciones compartidas por Fernanda en Instagram en modalidad de Historias la noche del 30  de octubre muestran que quienes la vieron por última vez fueron precisamente Rautel y Vanessa, ambos ya vinculados a proceso. Por este indicativo, los familiares y amigos de Ariadna comienzan a asediar a la pareja implicada con preguntas.

A raíz de esto, los acusados comienzan a formular una versión falsa de lo ocurrido con Fernanda, la cual queda sugerida también en un constante intercambio de mensajes.

De acuerdo con el análisis hecho por las autoridades al teléfono de Vanessa “N” también se registra una comunicación constante los días inmediatos después al crimen con un número que utilizaba Rautel “N”, al cual había agendado en el móvil bajo el nombre de “Puñe”.

El cuerpo al borde de la carretera fue encontrado el pasado 1 de noviembre por unos ciclistas que circulaban por el lugar, pero no fue reconocido por su familia hasta un día después. Para este momento, cuando el cuerpo de Fernanda ya se encontraba en la morgue, los presuntos feminicidas configuraban una versión en la que afirmarían que la joven se había retirado la noche del 30 de octubre de casa de Rautel, y estiman si resulta conveniente decir si la víctima abordó un taxi o un Uber.

“Ya me mandó msj [mensaje] otro de sus amigos”, se puede leer que le dice Vanessa a Rautel, a las 17:13 horas. “Creo que el que sabe un poco más es Ernesto, o sea cosas como a qué hora se fue y en qué, o sea Uber o taxi. Que si les puedo compartir esa info”, añade. “Es que van a ir a meter denuncia. Y necesitan lo más de detalles que puedan”, persiste.

“Amorcito, me da miedo todo esto”, le contesta él.

“Pero amor, no es nuestra culpa. Ni va a ser contra ti”, replica Vanessa. “Simplemente, para saber por dónde buscar”.

Tras estos mensajes, el acusado responde:

“Pues estaremos de por medio”.

“Sí, pero, pues, ya saben que fui la última que la vio”, subraya ella.

Los mensajes posteriores entre la pareja muestran que Vanessa decide hacer y decir todo lo que le aconseja Rautel.

“Qué hago”, le pregunta ella.

“No, está bien que cooperemos, pero con cuidado en los detalles”, contesta Rautel.

“Lo que me mandes de información es lo que les mandaré”, asegura la implicada, entonces él le envía un mensaje con la versión de los hechos que es la que tiene que trascender.

“Nos fuimos del Fisher’s como a las 6:30... venía Ernesto, Anita, José, Puñe, yo y Ari. Estuvimos como en mi casa hasta las 9, todos se fueron [...] Debió de pedir su Uber como a esas horas, 9 de la noche. Pero nadie confirma que se haya subido al taxi”, le instruye Rautel.

Posteriormente, Vanessa le comparte que los mensajes que los amigos de Fernanda le envían la hacen sentir mal. Uno de ellos, quien toma la delantera en la búsqueda de la joven, le había pedido que solicitara a la seguridad del edificio los vídeos de las cámaras de vigilancia. La también acusada le contesta que no se va a ver nada en ellos, porque los equipos no captan la imagen hasta la acera. Esta petición comienza a generar incertidumbre en los sospechosos, los cuales especulan en torno al tiempo que duran las grabaciones de las cámaras de seguridad antes de que sean eliminados de manera automática.

Rautel afirma que solamente duran un día, pero se equivocó, pues la Policía capitalina logró conseguir las imágenes de los equipos de vigilancia, y su contundencia ha sido clave para mantenerlo en prisión.

Por su parte, Vanessa borró, además de las conversaciones, todas las fotografías que tomó esa noche con su celular, y durante esos días mantiene una constante conversación con una persona agendada bajo las siglas “AHS”, quien supuestamente era una amiga de Fernanda.

La implicada le manda una fotografía de cómo iba vestida la joven la noche de su desaparición, y aparentando cooperar con la búsqueda, le escribe: ”Todos iban tomados, pero su [equipo de] seguridad [de] Rautel no, entonces él debe saber más, a qué hora se fue y en qué se fue, solo estoy esperando que me pasen su contacto para hablar con él”.

Comienzan las contradicciones

No obstante, las interrogantes en torno a Fernanda comienzan a acorralar a Vanessa, a tal grado de que llega a contradecirse en más de una ocasión, especialmente en las horas de los acontecimientos y el hecho de que haya abandonado el lugar en un taxi.

En una de las llamadas con las amigas de Ariadna, Vanessa se contradice nuevamente, ahora sobre el Uber, pues afirma que la víctima no quería regresar a su casa porque estaba peleada con su compañera de piso. Sugiere la idea de que quizás se podía haber ido caminando. Insinúa que seguramente no contesta los mensajes porque su teléfono debió quedarse sin batería.

En otros mensajes que mandó también intentó sembrar la idea de que podría tratarse de un suicidio.

“Estaba muy triste”, menciona. “No crees que fuera capaz de ella misma hacerse algo?”.

Asimismo, trata de justificar sus contradicciones y “huecos” argumentando que se encontraban alcoholizados. “Todos estábamos pedísimos”. Asegura.

El jueves 3 de noviembre, la pareja acusada convino asistir al velorio de Ariadna, en donde Rautel habló para las cámaras y dio la versión falsa de lo ocurrido, misma que posteriormente fue desmentida por las autoridades.

Esa misma noche, Vanessa le envía un mensaje a su novio para decirle que necesitan “un video o algo” que pruebe que Fernanda salió viva del edificio, “ya que de puras palabras no servirá de nada”. De esta manera es como comienzan a crear un borrador con una publicación para compartir en redes sociales, que acompañarán con fotos de los tres juntos.

Finalmente, la última conversación entre la pareja tiene fecha del viernes 4 de noviembre. Rautel le dice que se encuentra con “Balckie”. Después de este aviso, de eso ya no vuelven a hablar, por lo menos no con esas líneas telefónicas.

Vanessa fue arrestada dos días más tarde, el domingo 6 de noviembre, en el municipio de Ecatepec, en el Estado de México, mientras que Rautel se entregó a las autoridades en Nuevo León un día después de que la Fiscalía de la CDMX los señalara como responsables de la muerte de Fernanda, quien de acuerdo con los resultados de una segunda necropsia murió por un “trauma múltiple”.

Tanto Rautel como Vanessa fueron vinculados a proceso por el feminicidio y se encuentran en prisión.

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