Ayer, lunes 22 de diciembre, el secretario de Seguridad del Estado, Juan Pablo Hernández, reconoció que existe un déficit de al menos tres mil policías para fortalecer las corporaciones adscritas a la dependencia. Sin embargo, uno de los retos de las corporaciones no es solamente ocupar las plazas vacantes, sino que, además, muchos de los elementos salieron de sus filas durante este 2025 por diversos motivos.Por ejemplo, está el caso de José López —quien optó por proteger su nombre real para evitar represalias—, quien renunció en el primer semestre del año. Egresado de la licenciatura en Derecho, José tenía poco más de cinco años en la Comisaría de Zapopan. Comenzó en proximidad social, orientando a las personas que acudían al Auditorio Benito Juárez a recibir su vacuna contra la COVID-19, lo que —dijo— le llenaba de gusto al poder estar cerca de las personas, quienes agradecían su apoyo para preservar el orden del recinto y sus alrededores.De manera gradual fue subiendo de rango hasta que llegó al área de seguimiento de medidas cautelares, donde por varios años se desempeñó con gusto, ya que esto se relacionaba directamente con su licenciatura. Sin embargo, a partir de haber iniciado un proceso personal, fue desarmado y removido de su cargo en lo que este se solucionaba. Cuando esto ocurrió, no solo no lo devolvieron a su puesto habitual, sino que lo enviaron al cuadrante más lejano a su domicilio.“Comenzaron a ser cargas muy extenuantes de trabajo. Para entrar a turno me salía de mi casa a las cinco de la tarde, hacía dos horas de camino, salía hasta las siete de la mañana del día siguiente y llegaba a mi casa a las nueve de la mañana. No dormía nada y cuando menos lo esperaba ya tenía que levantarme de nuevo para ir a trabajar”, dijo José.López compartió que el no haber recibido apertura para escucharlo y encontrar mejores opciones en sus condiciones laborales, así como las malas prácticas por parte de algunos compañeros, lo desmotivaron y lo orillaron a dejar su cargo como policía.“Todo traté de decírselo a mis comandantes, pero nunca hubo apertura para escuchar. Nunca tuve problemas en mi labor, pero cuando me cambiaron al nuevo cuadrante, al norte de Zapopan, comencé a ver las malas prácticas que los ciudadanos critican: extorsiones, actuaciones fuera de los protocolos”, mencionó.“Todo esto me desanimó y me motivó a salirme. Cuando renuncié, mis superiores no hicieron nada por motivarme a quedarme, y eso me confirmó que era mejor salir. Hoy, incluso, algunos de mis compañeros de sector están siendo investigados por homicidio”, contó el exoficial.Afirmó que muchos de sus compañeros y compañeras se sienten en la misma situación, pero no renuncian porque no tienen otro lugar donde trabajar. Para sostenerse, actualmente realiza labores de abogacía y algunas gestiones para sus clientes. También puso un negocio y, en conjunto, de ahí obtiene recursos para mantener a sus dos hijos menores de edad.Tan solo entre enero y junio de este año, las comisarías de la Zona Metropolitana de Guadalajara y la Policía del Estado registraron la renuncia voluntaria —sin contar otros conceptos de “baja”— de, por lo menos, 204 policías de todas sus corporaciones.En el caso de la Policía del Estado, por ejemplo, fueron 98 las renuncias voluntarias registradas durante el primer semestre del año, seguidas por la Comisaría de Tlajomulco de Zúñiga, con 40 elementos que decidieron por voluntad propia no continuar en la corporación, de acuerdo con información obtenida a través de sus unidades de Transparencia.Al respecto de esta situación, el secretario de Seguridad del Estado explicó que las renuncias obedecieron principalmente a las nuevas dinámicas de trabajo y a las condiciones salariales que encontraron los elementos en otros cuerpos municipales.“Tiene que ver con que recién empieza esta administración: son dinámicas diferentes, ritmos de trabajo distintos. Algunos elementos decidieron buscar otra opción. Hay que recordar que, al inicio de la administración, el salario de los policías estatales era de 15 mil 500 pesos, muy por debajo de lo que ofrecen comisarías en la zona metropolitana como Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque o Tlajomulco”, explicó.El funcionario reconoció que la carga de trabajo también influyó en la decisión de los elementos que optaron por dejar la corporación, sobre todo cuando comenzaron a desplegarse operativos fuera del área metropolitana.“Aumentó la carga de trabajo; empezamos a hacer operativos al interior del estado. Entonces, algunos compañeros tomaron la decisión de permanecer en la zona metropolitana para no tener que viajar al interior del estado”, señaló.Hernández destacó que, con los recientes incrementos salariales y el fortalecimiento de prestaciones, algunos policías que habían renunciado incluso solicitaron regresar a la corporación.“Ahora que tenemos nuevas prestaciones, estamos por encima de los 25 mil pesos mensuales con el programa Legado, que incluye apoyo en educación universitaria para los hijos, programas de vivienda y aumento en vales de despensa. Esto ha generado que algunos elementos que se dieron de baja hayan solicitado regresar a la Policía Estatal”, afirmó.El secretario subrayó que actualmente ya no se enfrentan bajas significativas y que, por el contrario, han comenzado a recibir solicitudes de elementos provenientes de corporaciones municipales. Aclaró que, para evitar dejar en indefensión a las policías municipales, se privilegiará la incorporación de cadetes con formación completa en la academia estatal.La estrategia de reclutamiento mantiene un flujo constante. En el primer semestre del año egresaron 150 cadetes y próximamente egresará un número similar. La convocatoria permanece abierta durante todo el año y la meta de la administración es incorporar dos mil nuevos elementos para alcanzar un estado de fuerza de diez mil plazas.Las policías municipales también enfrentan este reto. A la Secretaría de Seguridad le sigue la Policía de Zapopan, con 38 renuncias voluntarias, mientras que la Comisaría de Guadalajara registró 28, según información obtenida vía Transparencia.El caso de Tonalá es particular, ya que su comisaría señaló no contar con el desglose de las bajas: en los primeros seis meses de 2025 se registraron 104 policías menos, sin especificar si se trató de renuncias, destituciones, jubilaciones, invalidez o fallecimientos.En el caso de la Comisaría de Tlaquepaque, se reportaron al menos 74 bajas, aunque tampoco se detalló cuántas correspondieron a renuncias voluntarias.Lo anterior representa un reto para las corporaciones, ya que no solo deben cubrir un total de mil 79 espacios vacantes en todos sus rangos, sino que, además, enfrentan la salida constante de elementos.Al respecto, Nancy Canjura, especialista de la organización nacional Causa en Común, señaló que esta situación responde principalmente a problemas estructurales relacionados con la falta de capacidad institucional para reclutar y retener personal.“Influyen factores como el salario, las prestaciones, los permisos, los horarios y las condiciones laborales. Todo ello impacta en la decisión de los policías de buscar otro empleo”, explicó.También subrayó la importancia de atender la salud mental de los elementos, dadas las condiciones de riesgo y el contacto constante con la violencia.* * * Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp * * * AS