Las ciudades diseñadas con grandes espacios naturales intercalados entre las comunidades urbanas brindan una mejor calidad de vida, salud mental y felicidad, considera el urbanista Francisco Pérez Arellano.El entrevistado comentó que este tipo de urbes acercan a las personas psicológicamente al medio natural, además de que las plantas y áreas verdes mejoran la calidad de vida y el aire. Así mismo, estos espacios generan mayor convivencia entre la sociedad, lo que incrementa el índice de felicidad entre las comunidades.“Las comunidades urbanas que tengan áreas verdes, que fomenten la vida en comunidad, que impulsen la creación de barrios de tamaño medio o pequeños donde se conozcan y colaboren en el cuidado de las áreas verdes, eso contribuye a hacer comunidades urbanas más felices”, añadió.El especialista considera que vivir en comunidad conlleva a un concepto de corresponsabilidad y respeto por el medio ambiente, el entorno urbano, los procesos sociales y económicos.“Tenemos que avanzar a ciudades más sustentables y sostenibles en todos los sentidos desde el tema ambiental, social y económico”, afirmó.Conciencia social Comentó que a principios de este siglo se hizo una enorme dispersión urbana que generó un serio problema a las ciudades.Estas ciudades, dijo, consumen enormes terrenos del medio natural, generan más contaminación en los traslados, es inequitativa desde el punto de vista social porque a los que menos tienen son a los que se manda a vivir más lejos sin el adecuado transporte y a conjuntos de viviendas que no tienen fuentes de empleo cercanos, que no cuentan con todos los servicios y por eso los han abandonado.“Tenemos que pugnar por las ciudades compactas que puedan tener una mayor densidad urbana, mayor que la que tenemos”, aclaró. Francisco Pérez Arellano dijo que se requiere plantear una estrategia de densificación urbana racional: primero, ocupando las casas vacías; segundo, los lotes baldíos, aprovechar los espacios urbanos y hacer edificios altos en los corredores de movilidad que tengan áreas verdes y servicios de salud, educación y transporte.El especialista dijo que los desarrollos sustentables se han convertido en una mayor necesidad de la población debido a que cada vez hay más conciencia de las nuevas generaciones preocupadas en temas como la naturaleza y el cambio climático.“Para ellos es mucho mejor adquirir una vivienda en un entorno ambientalmente saludable, sea de un entorno natural o área verde”, afirmó.Dijo que actualmente también muchos edificios tienen características en pro del medio ambiente que también les genera una mejor plusvalía. “No es solamente el tema romántico de vivir junto a un bosque, es el tema de responsabilidad ambiental derivado de un conciencia de sobrevivencia”.Puntos a solucionar Se estima que actualmente más de la mitad de la población mundial vive en los grandes núcleos urbanos, “este crecimiento se ha dado a costa de los recursos naturales y de la salud de los ecosistemas, por lo tanto, con cierta razón se ha generalizado la opinión de que las ciudades son por naturaleza negativas al medio ambiente”, enfatizó Pérez Arellano.Un ejemplo se encuentra en el propio ecosistema. “Hay comunidades como las hormigas, las abejas que están completamente integradas a las naturaleza; entonces, el problema no son las ciudades mismas, sino que no las diseñamos adecuadamente, por ello hay que hacer ciudades que estén diseñadas armoniosamente con la naturaleza”.El urbanista destacó que el hombre tiene la necesidad natural de sentirse vinculado con la naturaleza, pero esto no quiere decir que todas las personas tengamos que vivir o podamos vivir en el bosque, en la selva o en el campo, porque es naturaleza del ser humano congregarse en grandes grupos, y por eso se crearon las ciudades.VIVIENDA SUSTENTABLE La vivienda sustentable inicia desde la elección del sitio donde será construida.José Arturo Gleason Espíndola, profesor investigador de la Universidad de Guadalajara, habla sobre las tres premisas fundamentales que debe tener una vivienda para ser sustentable: su ubicación, que debe ser amigable con el medio ambiente; energéticamente eficiente y que sea sensible al agua. Sobre la ubicación, el especialista dice que no se debe construir sobre arroyos o que se haya requerido talar árboles para su edificación. Añadió que las viviendas sustentables deben tener su origen desde la planeación de las ciudades, respetando el territorio.En segundo lugar, las viviendas sustentables deben demandar pocos recursos naturales, es decir agua, energía, iluminación, etc.En tercer lugar deberá haber un compromiso de los que la habiten para implementar una serie de ecotecnologías como calentadores solares, celdas fotovoltaicas, equipos de ahorro de agua, entre otros.Añadió que si se considera al agua como un elemento de vida primordial, se le debe de dar la importancia que requiere, por lo que sugiere diseñar una vivienda sensible al agua.Arturo Gleason también recomendó sustituir algunos accesorios del hogar como regaderas, grifos e inodoros, por algunos que sean ahorradores de agua.El profesor de la Universidad de Guadalajara dijo que lograr una vivienda sustentable desde su construcción suele ser más sencillo que adecuar una existente, sin embargo, aseguró que la inversión se recupera rápidamente con ahorros que van del 50 al 80% en recursos como agua, luz y gas.
