Desde que se instalaron las máquinas de prepago en las rutas del transporte público de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), los usuarios han manifestado su descontento por tener que pagar 10 pesos cerrados por pasaje, pues éstas no devuelven los 50 centavos que sobran. Una vez que inició la actual administración estatal, se propuso a los transportistas diferentes tipos de dispositivos. Los de la 616 (ahora C31) optaron por los que sí regresan el excedente.“Está bien que den cambio, porque la mayoría no lo da”, dijo Rocío Vázquez, quien usa a diario ese derrotero.Jorge Navarro coincidió con la apreciación de Rocío. “Se va acumulando el dinero y muchos no dan tan buen servicio para lo que se cobra”.Manuel, uno de los conductores de la 616, resaltó que la posibilidad de migrar a aparatos con cambio “ha sido una odisea”, pues antes de la actual administración no había apertura a las opiniones para poder elegir los equipos que se usarían.Sin embargo, aunque los pasajeros aplauden este tipo de tecnología, todavía queda la desventaja de que las monedas de 50 centavos pueden terminarse. Los choferes desconocen en qué momento sucederá esto, pues a ellos les entregan las unidades “ya con la recarga”. “Tiene la ventaja de dar cambio, pero a veces se les acaba el relleno y ya no dan el dinero (restante). Entonces, mucha gente se molesta con uno, nos dicen rateros”, comentó Pedro, quien conduce uno de los camiones de la 616. “Los otros camiones sí se quedan con la moneda; deberían poner de estas máquinas”, agregó el operador.De acuerdo con un cálculo hecho recientemente por la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), con base en datos obtenidos vía Transparencia y publicaciones en medios de comunicación, las alcancías del transporte público se quedan con más de 1.1 millones de pesos al día al no dar cambio a los usuarios del Tren Ligero, Macrobús y líneas alimentadoras, entre otros.
