Jueves, 14 de Agosto 2025

Descubre la riqueza del mundo desde un jardín

Más de 3 mil especies de todo el mundo florecen en el Jardín Botánico Fernando González Gortázar, un tesoro verde en el Parque Alcalde

Por: El Informador

En este espacio, sin salir de la ciudad, las personas podrán hacer un recorrido por cinco continentes y conocer su vegetación. EL INFORMADOR/ H. Figueroa

En este espacio, sin salir de la ciudad, las personas podrán hacer un recorrido por cinco continentes y conocer su vegetación. EL INFORMADOR/ H. Figueroa

Fernando González Gortázar no solo fue un arquitecto apasionado, sino también un amante insaciable de la naturaleza. Era, más que del concreto, de las vigas y de los planos, un hombre de las plantas. Dedicó largas horas de su vida a la observación de estos seres verdes, a la comprensión de sus necesidades silenciosas, a descifrar la lógica de lo vegetal y a adentrarse en los paisajes exuberantes con un entusiasmo legítimo de botánico.

A lo largo de los años que le dio la vida, el maestro fue recabando distintas especies vegetales de aquí, de allá y de todas partes, conformando una extensa colección botánica de ejemplares espléndidos, de variantes exóticas y de especies recónditas que solo alguien con un corazón de planta tan inmenso como Gortázar pudo haber traído, sorteando todos los obstáculos posibles del aire, las fronteras, los océanos e incluso del ingenio.

En el interior del Parque Alcalde de Guadalajara es posible caminar entre el acervo vegetal de Fernando González Gortázar, en el Jardín Botánico que congrega especies de todas partes del mundo que el arquitecto insigne fue recolectando sin otro propósito más que su pasión desaforada por la naturaleza. Gortázar quería tanto a sus plantas, que eran una extensión de sí mismo y de su familia, y las tenía repartidas entre su casa en Ciudad de México y su oficina en Guadalajara.

Cuando el maestro falleció, en octubre de 2022, sus hijas Narda y Matiana tomaron la decisión de donar la colección botánica de su padre a la ciudad. Esta fue trasladada a las áreas arboladas y a los invernaderos del Parque Alcalde, donde hoy los tapatíos pueden acceder de manera gratuita para conocer de cerca las más de 3 mil especies de plantas que González Gortázar cuidó con sus propias manos hasta donde se lo permitió la vida.

En el jardín se encuentran habilitadas dos secciones: la húmeda y la árida. En la primera se encuentran especímenes tropicales de la selva, provenientes de Sudamérica, África y México; mientras que en la segunda, más extensa, el visitante puede conocer plantas del desierto y de climas templados, suculentas, cactáceas y demás ejemplares de tierras ardientes. Ambas secciones cuentan con condiciones climáticas específicas para que las plantas sigan creciendo y desarrollándose, desde mantener niveles de humedad altos hasta evitar los excesos de luz.

De la misma manera, en el sitio es posible disfrutar de la escultura El Ángel Blanco, creada por González Gortázar en 1990 y que también fue donada por la familia del arquitecto.

Dentro del Jardín Botánico se encuentran especies de plantas de lugares tan distantes como los páramos de Australia y las regiones ardientes de África. El maestro tuvo que ingeniárselas para traer al país los brotes de plantas y las semillas que le interesaban, sorteando los obstáculos y las truculencias burocráticas de las aduanas y los aeropuertos, e incluso lo legal. Viajero incesante, en México visitaba pueblos, estados y regiones enteras donde recolectaba los especímenes vegetales que le fascinaban.

Esto no respondía solo a una inquietud estética, pues González Gortázar se adentraba hasta en los detalles más íntimos de las plantas más misteriosas para así conocer las condiciones necesarias para mantenerlas abundantes y vivas. Fue así como supo conservar radiantes, en su casa en la capital y en su oficina en Guadalajara, a sus especímenes africanos y a sus retoños traídos de los recodos más impensables de México, que en otras circunstancias y bajo otras manos con menos amor jamás habrían sobrevivido.

El maestro llegó a recabar tanto conocimiento en estas áreas verdes de la vida, que incluso dio pláticas sobre la vegetación y la naturaleza en el Colegio de Arquitectos del Estado de Jalisco y en universidades públicas. Fue además uno de los cofundadores, en 1973, de la asociación Pro Hábitat, para la preservación del medioambiente. Así como era capaz de edificar proezas de la arquitectura y la ingeniería, sus hijas lo recuerdan para siempre arrodillado ante sus plantas, con una meticulosidad de cirujano, desprendiéndoles las malas hierbas, erradicándoles las plagas inoportunas y cuidándoles las condiciones de luz.

El Jardín no solo es una muestra para conocer uno de los rostros menos explorados del arquitecto mexicano, es una oportunidad para descubrir un tesoro botánico con ejemplares de tierras tan distantes como África y Australia, y que, de no ser por este espacio, de ninguna otra manera podríamos atestiguar en México, y mucho menos en Guadalajara (la colección del jardín es tan destacable que incluso es posible conocer un espécimen del mítico baobab).

Es un espacio de silencio y conservación que invita a reflexionar sobre lo importante y lo delicado que es cuidar la naturaleza, y que se encuentra al alcance de los tapatíos en pleno Centro Histórico de la ciudad, en uno de los parques más importantes para Guadalajara, como lo es el Alcalde.

El Jardín Fernando González Gortázar se encuentra abierto de martes a domingo, de 12:00 a 15:00 horas, en un horario limitado para preservar sus tesoros botánicos. Su ingreso es por la avenida Mariano Bárcena 990, en la colonia Artesanos de Guadalajara. Se ofrecen recorridos guiados para conocer de cerca a las plantas y sus características. La entrada es gratuita.

CT

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