Viernes, 19 de Abril 2024

El Hospital Civil busca ampliar sus salas de atención para prisioneros

El costo de la obra se calcula en 43 millones de pesos y tiene como propósito evitar los dispositivos de seguridad a los pacientes comunes, además de hacerlos más eficientes

Por: El Informador

Actualmente, las personas que son trasladadas desde prisión reciben atención médica en un área específica del Civil, pero para llegar a ella cruzan los pasillos donde está la población general. EL INFORMADOR/Archivo

Actualmente, las personas que son trasladadas desde prisión reciben atención médica en un área específica del Civil, pero para llegar a ella cruzan los pasillos donde está la población general. EL INFORMADOR/Archivo

Hasta el momento, los fuertes dispositivos de seguridad que diariamente ocurren en el Antiguo Hospital Civil para trasladar a internos de prisión que requieren atención médica especializada han funcionado, pues no se han registrado intentos de escape o agresiones. Pero para reducir aún más el riesgo, el organismo buscará mover y mejorar sus “salas chicas” para atenderlos.

Héctor Raúl Pérez Gómez, director del Hospital Civil de Guadalajara, detalla que la obra quedará adentro de la institución, aunque en el extremo del edificio ubicado por la calle Coronel Calderón. La proyección va tan avanzada que incluso se tienen los croquis y el cálculo de fondos requeridos: 43 millones de pesos.

“El proyecto contempla un área de 10 camas de hospitalización para hombres y 10 más para mujeres. También una de aislados para quienes padezcan enfermedades infecciosas. Evidentemente cada sala tendría una central de enfermería; estaría previsto contar con un quirófano y los requerimientos habituales en cualquier sala de hospitalización”.

Afirma que las nuevas “salas chicas” se tienen contempladas desde 2013 y que cada año se ha insistido al Gobierno del Estado para que autorice un fondo extraordinario para construirlas. De contar con éste, calcula que demorará aproximadamente siete meses para comenzar a atender a los internos de los distintos centros de reclusión en el Estado, sin necesidad de que los otros pacientes se crucen con los robustos dispositivos de seguridad en el nosocomio.

Día a día, el Hospital Civil ofrece alrededor de dos mil consultas. Ocho de ellas son para personas que han sido trasladadas desde alguna prisión (estatal o federal). Y cada interno es resguardado bajo un protocolo distinto, pues depende tanto del nivel de peligrosidad que se advierte, como de la condición de salud en que se encuentra.

“Trasladar a estas personas por esta parte medular de la institución puede representar un riesgo para otros pacientes, para el propio personal de la institución o familiares de pacientes, por los operativos tan fuertes que se implementan para acompañar a estas personas. No se ha vivido ningún altercado ni ningún accidente qué lamentar, pero creo que si es necesario habilitar un área con máxima seguridad y en un espacio donde no se tenga que transitar por otras zonas”.

Concluye que el Civil no se ha negado nunca, ni se negará, a atender a los pacientes con ese perfil, debido a que es parte de la visión humanista de la institución. “Hemos platicado brevemente (con el próximo gobernador, Enrique Alfaro) para hacer de su consideración algunos proyectos adicionales que tiene el hospital, sobre todo de infraestructura, y que van a requerir de soporte presupuestal extraordinario”.

“La Greñuda”, el interno de las 20 operaciones

Son al menos ocho los internos que, día con día, salen de la cárcel para recibir atención médica en el Antiguo Hospital Civil. Con esposas en las muñecas, sobre autos blindados y rodeados de escoltas, los presos entran al nosocomio y de inmediato tanto ellos como el robusto dispositivo de seguridad que los acompaña atrapan las miradas de pacientes y médicos.

Pero ninguno de esos visitantes ha sido como “La Greñuda”, un interno del centro penitenciario de Puente Grande al que los médicos del Civil tenían completamente ubicado. ¿La razón? Entró al quirófano de su “sala chica” en 20 ocasiones.

Él no se metía en problemas. Sus constantes visitas al Hospital Civil nunca fueron por agresiones de sus compañeros o por accidentes en las instalaciones del penal.

La realidad, cuenta el jefe del Servicio de Cirugía Medicina Legal, Luis Bravo Cuéllar, es que él mismo se autorizaba sus salidas de prisión y su ingreso a la camilla. “Eran él y otro: ‘N’ Galán. Son individuos que se tragaban objetos porque estaban psiquiátricamente mal. A Galán, por ejemplo, lo hemos operado 19 veces. A ‘La Greñuda’ como unas 20… hasta que se murió en una cirugía”.

Las “salas chicas” del Civil están habilitadas para albergar hasta 20 pacientes, pero por cuestiones de seguridad (para los médicos y para los propios internos) se autoriza un máximo de cinco. “Siempre hay un cuerpo de Policía cuidándonos”, concluye.

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