Martes, 16 de Abril 2024

Descalabran a uno en “Cuereada” en San Martín de las Flores

Alrededor de 40 personas, hombres, mujeres y niños, se baten a "cuerazos" en el municipio

Por: Sergio Blanco

La mañana de sábado se llevó a cabo la tradicional “Cuereada” en el poblado de San Martín de las Flores, en Tlaquepaque, donde uno de los participantes resultó descalabrado del tremendo “cuerazo” que le propinaron en el occipital.

Hacia las once de la mañana se hallaban dispuestos los espectadores alrededor de la plazoleta frente al templo, listos a que llegaran los contendientes. Al menos desde hace dos años los participantes se flagelan en una tarima que es usada normalmente para la representación de la Judea del Viernes Santo, aunque antes era a nivel de suelo.

Diez minutos después de las rechiflas llegaron los participantes. Se abrió un pasillo entre la multitud e ingresaron unas 40 personas con capas rojas y mecates, entre hombres y mujeres. Con ellos llegó la estridente tambora cuya función es tocar mientras vuelan los latigazos.

La dinámica es armar dos equipos de unas diez personas cada uno de cada lado de la tarima. Cuando se marca el inicio con la tambor, suben los grupos. Se entrecruzan y se pasan de filo hasta bajar de nuevo, sin pegarse. Repiten esto tres veces, comienzan a darle al que se les ponga enfrente, sin importar el equipo.

Los que marcan el inicio y el final de cada tanda son unos cuatro que están abajo. Gritan “¡Órale!” , “¡Ya párenle!”, “¡Ahí estuvo!”.

La duración no la miden; es cuando ya los ven jadeando o cuando algún par se la toma personal. Comienzan por edades: primero los mayores, después las mujeres y los niños al final.

Los mayores comenzaron enjundiosos. Cuando empezaron a “cuerearse” volaban los mecates que tronaban en los lomos, piernas y barrigas. “¡En la cara nooo!”, recordaban algunos a gritos una de las pocas reglas del encuentro.

EL INFORMADOR / S. Blanco

Edgar Daniel Cabrales ya llevaba tres rondas en hilera sin parar y sin dejar de golpear sin piedad a sus rivales. Solo paró para darle un trago a su cerveza.

“Vengo como a pagar mis pecados. Es que es la adrenalina también y pues uno es católico y seguir la tradición”, justificó su vocación de verdugo, aunque también le tocaron algunos golpes.

Entre los que tampoco paraban estaba Gustavo Alonso García Espinoza, quien para desdicha de sus víctimas le ató un par de nudos a cada extremo de su mecate. Contrario a los de los demás, deshilachados por las rondas de golpes y desprovistos de su fuerza, el de Gustavo fustigaba potente en las carnes de sus rivales.

“Vengo como a pagar mis pecados. Es que es la adrenalina también y pues uno es católico y seguir la tradición”

En esas estaba Gustavo cuando tomó buen vuelo para castigar al que tenía enfrente, pero el tino le falló y fue a darle con el nudo en el occipital a otro, llamado Antonio.

Nada le quedó más al buen Antonio que bajar todo aturdido para que lo atendieran los de Protección Civil, que trataban con una tela de detener la hemorragia del descalabro.

Como ves aquí en la cuereada hay mucha adrenalina, sientes los golpes y pues quieres soltar más, se siente mal uno porque nunca nos había pasado esto. La culpa es de este escenario porque nunca está, siempre lo quitan, ve cómo te amontonas, no puedes tirar bien los sogazos”, argumentó Gustavo.

Después de eso le bajaron un poco a la intensidad. Siguieron las mujeres que, aunque con las mismas reglas, no dejaban de tomar revancha si les daban en la cara en una de esas. Lo mismo los niños que desahogaron con ganas todas sus energías, aunque en realidad el sentido de la “Cuereada” es la expiación de las culpas.

EL INFORMADOR / S. Blanco

Con esta actividad culminó la Judea 2018, que sumó 224 años de realizarse. En los cálculos del director de Protección Civil y Bomberos, Ignacio Aguilar Jiménez, fueron 122 mil personas las que acudieron desde el Domingo de Ramos hasta este Sábado de Gloria. Tan solo el viernes durante todo el día se estima que asistieron cien mil personas, seis mil este sábado; y el resto, en los otros días.

En total las atenciones médicas fueron 67, dos este sábado: un picado de alacrán y Antonio el descalabrado.

JA

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