El avance tecnológico ha sido clave para que gobiernos y empresas privadas puedan crear nuevas barreras de seguridad que protejan la información sensible de ciudadanos y clientes, ya que la filtración de datos personales como nombre completo, domicilio u otros puede representar una amenaza directa para los usuarios.Por ello, distintos países han implementado medidas de seguridad biométrica, las cuales se basan en el registro de características fisiológicas únicas, como huellas dactilares, reconocimiento facial, iris, ADN, voz y otros datos propios de cada individuo.En México, recientemente se lanzó la llamada CURP Biométrica, una versión mejorada de la Clave Única de Registro de Población que incorpora datos biométricos con el objetivo de facilitar trámites y combatir la suplantación de identidad.Este programa inició como prueba piloto en 2025; sin embargo, será hasta 2026 cuando comience a operar de manera oficial.No obstante, varias naciones de Europa, América Latina y otras regiones ya contaban con sistemas similares desde hace años, enfocados en mejorar los procesos de identificación, localización de personas y la implementación de programas de asistencia social.El Gobierno de Uruguay lanzó en 2015 la Cédula de Identidad Digital, un documento oficial que permite viajar dentro de ciertos territorios y realizar trámites gubernamentales tanto de forma presencial como remota.Por su parte, la Unión Europea implementó en 2004 el pasaporte biométrico, que además de facilitar la movilidad internacional, almacena datos personales y físicos en un chip electrónico para reforzar el control fronterizo.En Estados Unidos, el Departamento de Defensa utiliza información biométrica para emitir tarjetas de identificación que permiten validar la identidad de cada uno de sus empleados.Asimismo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), emplea sistemas biométricos para identificar y brindar protección, asistencia y atención a personas refugiadas.En países como China y Singapur, los ciudadanos que desean acceder a servicios de telefonía móvil deben proporcionar reconocimiento facial para vincular sus líneas telefónicas.Mientras tanto, en naciones como Perú, Venezuela, Tanzania, Arabia Saudita, Uganda, Pakistán, Bahréin, Bangladesh, Tayikistán, Emiratos Árabes Unidos, Omán, Afganistán y Benín, se requiere el registro de huellas dactilares para el uso de servicios de telefonía móvil.La adopción de sistemas biométricos se ha convertido en una tendencia global orientada a reforzar la seguridad, agilizar trámites y reducir el riesgo de fraude o suplantación de identidad. Aunque estos mecanismos ofrecen múltiples beneficios, también plantean desafíos en materia de privacidad y protección de datos, por lo que su implementación debe ir acompañada de marcos legales claros y medidas que garanticen el uso responsable de la información personal.* * * Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp * * *XP