Estados Unidos puso punto final ayer al Estatuto de Protección Temporaria (TPS, en inglés) para unos 200 mil salvadoreños, que tienen un plazo de 18 meses para hallar otra forma de regularizar su situación o irse del país.El TPS para los salvadoreños había sido adoptado por Estados Unidos después del terremoto de 2001, pero la decisión de la secretaria de Seguridad Interna, Kirstjen Nielsen, considera que están dadas las condiciones para que El Salvador reciba de vuelta a estas personas.El Salvador respondió de manera tímida, enfocándose menos en la amenaza de deportación y más en la prórroga de 18 meses. En una nota, el Gobierno del presidente Salvador Sánchez Cerén agradeció a Estados Unidos por “este anuncio, el cual reafirma los fuertes lazos de amistad y de cooperación que mantienen como socios históricos”.Más tarde, el canciller salvadoreño, Hugo Martínez señaló que su país centrará “todos sus esfuerzos” en buscar aliados en el Congreso estadounidense para que posibilite legalmente la residencia permanente a compatriotas amparados por el TPS.“Tenemos ahora 18 meses para trabajar insistentemente y conversar con el Congreso de forma de hallar un solución para nuestra gente. Nuestra apuesta es que prácticamente todos ellos puedan permanecer en Estados Unidos”.Martínez agregó que a la par, el Gobierno salvadoreño ha iniciado un proceso de asesoría migratoria a los compatriotas residentes en Estados Unidos, para que comiencen con las gestiones para legalizar su residencia permanente.Según el ministro, hasta ahora se han brindado cinco mil asesorías en las oficinas creadas para este fin en los distintos estados y “el proceso se prolongará todo el tiempo que sea necesario”.El Gobierno de Donald Trump ha ido eliminando, poco a poco, los apoyos a las comunidades de inmigrantes: primero fueron los nicaragüenses, después los haitianos, ahora los salvadoreños y en julio próximo tocará el turno a unos 86 mil hondureños.El presidente del Comité Nacional Partido Demócrata, Tom Pérez, denunció el fin del TPS como “una decisión cruel y sin corazón de parte de un presidente cruel y sin corazón”.Por su parte, el senador demócrata Tim Kaine apuntó en un comunicado que “nuestro país siempre ha recibido y protegido personas que precisan de refugio, pero en un año hemos visto al Gobierno de Trump pisotear estos valores al demonizar inmigrantes y refugiados”.En un comunicado, los responsables del Centro Legal TODEC, en California, apuntaron que se sentían “horrorizados, no sorprendidos por la acción del Gobierno. La ausencia del Congreso en ese asunto afecta familias que tienen raíces en nuestro país”.A su vez, el centro de reflexión Grupo de Trabajo para América Latina (LAWG, de Washington) señaló que la decisión tomada “refuerza el programa xenófobo del Gobierno, que arroja familias e individuos a la oscuridad del miedo”.AFPDISCURSO DE AÑO NUEVOEl Papa Francisco instó ayer a abandonar una “extendida retórica” que se usa “sólo para suscitar miedos ancestrales” contra los migrantes y pidió no olvidar que ellos son, sobre todo, personas.“Aun reconociendo que no todos están siempre animados por buenas intenciones, no se puede olvidar que la mayor parte de los emigrantes preferiría estar en su propia tierra, mientras que se encuentran obligados a dejarla a causa de la discriminación, la persecución, la pobreza y la degradación ambiental”, advirtió.En su discurso de inicio de año dirigido a los embajadores del mundo acreditados ante el Vaticano, el Papa pareció dirigirse de manera espcial al presidente Donald Trump que ayer puso fin a un programa de protección a casi 200 mil salvadoreños, y urgió a los gobiernos a un “compromiso concreto” hacia los migrantes, así como a una “gestión responsable” de las “complejas situaciones” que ellos presentan.Además, llamó a los políticos a ejercer la virtud de la prudencia y responder a las responsabilidades que tienen con sus propias comunidades, a las cuales deben garantizar el desarrollo armónico.
