El conflicto entre Estados Unidos e Irán, en busca de apoyar a su aliado, Israel, entró en una nueva fase tras el ataque a tres bases nucleares de Irán por parte del gobierno estadounidense. Para el internacionalista de la Universidad de Guadalajara, Miguel Ángel Sigala, el impacto de esta decisión dependerá, en gran medida, del éxito que tenga la estrategia militar para desarticular el programa nuclear iraní y debilitar el régimen actual, en busca de minimizar sus acciones contra Israel. Sin embargo, reconoció, las repercusiones sí podrían extenderse más allá de un conflicto armado directo, considerando como un riesgo la posibilidad de una escalada de violencia que involucre tanto métodos militares tradicionales como ataques terroristas, lo que podría tener consecuencias graves no solo para Estados Unidos, sino también para Europa y otros aliados occidentales. Respecto a la postura de otras potencias globales, como Rusia y China, el especialista indicó que ambas naciones han reaccionado con firmeza en el plano diplomático, aunque no muestran intención de intervenir militarmente. Por ahora, mantienen una actitud de vigilancia. “No considero en absoluto que tengan un interés militar. Más que un involucramiento, representa un estado de alerta para ellos”, dijo.También subrayó la importancia estratégica de Irán en el equilibrio de poder entre estos actores internacionales. Lo que ocurra con el régimen iraní podría modificar el tablero geopolítico global, pero, en cuanto a los efectos económicos —añadió— uno de los factores más sensibles es la posibilidad de que Irán cierre el estrecho de Ormuz —que ya ha comenzado a sonar en medios internacionales—, lo cual podría desatar una crisis energética a nivel global, considerando que esta es una ruta clave para el paso del comercio de la península arábiga y de los países que colindan con la península arábiga e Irán hacia el mundo. A nivel interno y —por otra parte—, dijo, Estados Unidos está perdiendo más en cuanto a su misma nación, debido a la forma en que el mismo decidió involucrarse ha generado tensiones, sobre todo en el Congreso, dijo el especialista. Pues, la administración de Donald Trump optó por una acción unilateral, sin consulta previa con los legisladores, lo cual provocó reacciones críticas dentro de su gobierno, particularmente de los sectores demócratas. Este tipo de decisiones, aunque no inéditas, elevan el grado de incertidumbre y polarización dentro del país.Por su parte, Arturo Santa Cruz, director del Centro de Estudios sobre América del Norte de la Universidad de Guadalajara (UdeG), consideró este primer ataque como una fractura grave al sistema de derecho internacional y a la propia legalidad interna estadounidense. Consideró también que la administración estadounidense omitió los procedimientos legales internos, como el aviso y autorización del Congreso para iniciar hostilidades, tanto externas como interna, compromete su legitimidad como gobernante, siendo este, un punto negativo para su administración, además de que pone en juego la estabilidad global.Para Santa Cruz, el nuevo escenario hace prever una reacción del régimen iraní, que pese a sus características autoritarias, gobierna un Estado soberano. Irán podría responder con ataques a bases estadounidenses en su territorio, contra personal diplomático, ciberataques o incluso cerrar el Estrecho de Ormuz, "por donde circula una quinta parte del petróleo del mundo", una de las consecuencias más graves a nivel internacional previendo posibilidades de escasez y aumento de costos de los combustibles. Estados Unidos —advirtió—, es el principal perdedor de esta intervención: pierde legitimidad a nivel global y credibilidad interna, sobre todo ante una base electoral que respaldaba el aislamiento en política exterior. “Van a perder los otros países que, de alguna u otra manera, se sientan obligados a apoyar al régimen iraní. Esto les va a acarrear costos también”, añadió Santa Cruz.Israel, aliado de EU, podría verse beneficiado al frenar el posible desarrollo de armas nucleares en Irán, pero seguirá expuesto a ataques como ya ha ocurrido tras el bombardeo estadounidense.Respecto a otros actores internacionales, el académico señaló que por ahora no se prevé la participación activa por parte de China o Rusia, considerando por ahora participaciones menores que no precisamente se conviertan en intervenciones militares, mientras que Japón se mantendría del lado estadounidense, aunque sin peso relevante en esta coyuntura. "Por una parte, Rusia ya no es el país poderoso que era, y el poder que le queda lo estará usando, básicamente, para continuar, si es necesario, su guerra de agresión contra Ucrania, en la cual rompió también las leyes internacionales sobre el conflicto. El apoyo que le pueda brindar Rusia a Irán en sus represalias contra Estados Unidos e Israel sería mínimo, si llegara a existir. Pero a China, por otra por la otra parte, tampoco la vemos muy interesada en inmiscuirse en este conflicto, y Japón no es por ahora un jugador importante en el conflicto", manifestó el especialista. *Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp. AO