Por fin, esta semana el sector automotriz tuvo una buena noticia al anunciarse que en primera, ya estaba considerada dentro de las actividades esenciales y como si alguien metiera segunda velocidad, ya hay fecha para la reactivación. Sin duda, la fuerza que ejerce Estados Unidos sobre México, en todos los ámbitos, es una gran influencia para que la apertura de industrias como la de los autos vuelva a ponerse en marcha. En tercera, el camino para que todo sea posible estará en el nuevo protocolo de salud y limpieza dentro de las mismas fábricas. Pero vamos por partes.La primera clave está en nuestros vecinos del Norte. Canadá pero principalmente Estados Unidos, es una nación que necesita insumos para que sus fábricas puedan armar los vehículos que van satisfacer la voraz demanda con la que saldrán los compradores estadounidenses a adquirir sus autos nuevos; ya veremos el tamaño del impacto y si es positivo o muy positivo. Por lo tanto, el trabajo que se haga en las fábricas mexicanas será fundamental y eso conviene a la proveeduría.La segunda clave viene de algunas empresas mexicanas que ya sienten la presión en los hombros por la confiabilidad que EU y Canadá tienen en ellas, y ya se declaran listas o se están preparando para iniciar labores el 18 de mayo, pero una confusión en el anuncio de arranque de actividades por parte del Gobierno federal ha llevado a dicha fecha de inicio hasta el 1 de junio, y ayer otra vez se decía que el 18. Sin embargo, según declaraciones de Eduardo Solís, expresidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), ahora como consultor internacional en Comercio Exterior, Inversión y Manufactura y miembro del Consejo Directivo de la Concamin: “del 18 al 31 de mayo se podrán inscribir (las empresas) para aprobar los protocolos sanitarios”. Quienes sí inician labores el día 18 son las fábricas estadounidenses, por lo que podría haber afectaciones en el abastecimiento pues México es el principal proveedor de autopartes de ese país al exportar 70 mil millones de dólares anuales de componentes que representan alrededor del 40% de cada auto construido en Estados Unidos.La tercera clave es la salud. Por ejemplo, en Jalisco arrancará el sector automotriz y de autopartes, pero acelerando despacio en este proceso de reactivación, porque será bajo ciertos criterios y protocolos sanitarios que se irán dando a conocer mediante el Diario Oficial de la Federación y los que las mismas empresas como Honda en El Salto seguramente ya están implementando. En este sentido, Aguascalientes, Coahuila, Estado de México, Puebla, Guanajuato, y todos los Estados con fabricación de transporte, construcción y minería (industrias recién consideradas esenciales) y donde al menos hay conexión con el sector automotriz buscan retomar actividades pronto y de preferencia previo al inicio del T-MEC en julio.La industria ya tiene ganas de encender motores, pero estas claves para el reinicio no pueden ser posibles si el brote del COVID-19 vuelve a presentar un serio peligro para la salud de los trabajadores y compradores. Por eso es muy importante que las empresas vayan un paso adelante a las recomendaciones que vengan de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de las autoridades mexicanas. Si descuidamos esto último, volveremos al punto de partida de la contingencia y eso ya nadie quiere volver a experimentarlo, porque tener los bolsillos vacíos enferma.Es muy pronto para echar las campanas al vuelo, porque jamás la industria se había enfrentado a un monstruo que para muchos no existe y para otros les ha dejado una profunda huella, pero sin duda la cadena productiva está jalando con fuerza porque Estados Unidos y Canadá, pero sobre todo los mexicanos, así lo exigen.mario.castillo@informador.com.mx / @MarioCastilloMX
