Porque el ciclismo urbano es un acto de resistencia y de búsqueda del bien común.Porque cada ciclista establece, con su ruta, un corredor urbano más seguro para todos.Porque cada ciclista es portador de una visión de una ciudad más razonable e incluyente, más preocupada por los demás y por su propia individualidad.Porque, es más que obvio, el impacto ambiental de cada trayecto es igual a cero.Porque cada ciclista contradice a la sociedad del consumismo, de la pretensión a bordo de tantos coches, del desperdicio de energía, de la muy costosa exhibición del yo.Porque los ciclistas forman ahora una incipiente fraternidad que cada vez se organiza mejor para defender sus derechos, que por extensión son los de todos.Porque gracias a sus luchas cívicas, como las que sostienen contra los obtusos comerciantes de la Avenida Guadalupe, se va avanzando en la búsqueda de una urgente ciudad alterna.Porque los ciclistas contribuyen a que en Guadalajara haya más gente con buena salud, mejor humor, menos gorda, menos neurótica.Porque dan el ejemplo de cómo, a través de medidas relativamente menos costosas, es posible en el plazo inmediato, ir transformando la ciudad.Porque la bicicleta es una inmejorable herramienta para bien conocer, y por tanto bien querer a la ciudad.Porque es una gozada oír, tarde en la noche, a las parvadas de ciclistas celebrando su aún efímero reinado sobre las calles.Porque para tantos automovilistas, el ciclismo urbano resulta un revulsivo que los obliga a cuestionar su propio modelo de vida.Porque los ciclistas son amigos de los árboles, de las banquetas en buen estado, de los pavimentos decentes.Porque, por elemental extensión, los ciclistas hacen que las autoridades presten mayor atención y respeto para todas las minorías urbanas.Porque, está más que demostrado, el ciclismo urbano habrá de transformar radicalmente los hábitos de movilidad en Guadalajara a mediano plazo. Esta certeza se basa en lo observado y registrado en centenares de ciudades en todo el mundo.Porque el uso de la bicicleta aumenta de inmediato y mejora grandemente la estética, y por lo tanto la ética urbana. Porque la bicicleta, al contrario de los coches, durará siglos.
