La pregunta surge natural: ¿por qué “Chema” Martínez para Guadalajara? Hay dos respuestas: la políticamente correcta y la políticamente incorrecta. Sobre la primera: “Chema” obtuvo el segundo lugar en la encuesta para abanderar a Morena por la gubernatura en Jalisco -alrededor de 30% de reconocimiento. En la encuesta por la candidatura en Guadalajara quedó en primer lugar, por encima de la legisladora María Padilla y la regidora Mariana Fernández. Ahí le valieron 27 años de militancia en el PAN, seis en Morena y una sostenida campaña de autopromoción en los últimos meses. La definición de la candidatura de “Chema” sobresaltó a los morenistas en Jalisco. Todavía el domingo en la mañana había una asunción general en el partido: si en Zapopan va Kumamoto, en Guadalajara toca mujer y en Tlajomulco varón. Fue al revés. La señal llegó justo después del mitin de Claudia Sheinbaum en Plaza de la Liberación. Contra todo pronóstico fue “Chema”. ¿Por qué? La respuesta tiene nombre: Mario Delgado, presidente de Morena. Él es el autor de este “zurcido invisible”. “Chema” fue compañero de Delgado durante seis años en la LXII Legislatura del Senado (2012-2018). Allí trabaron amistad. De hecho, la llegada de “Chema” a Morena en 2018 pasó por ese canal.En marzo de 2018, el entonces candidato presidencial López Obrador presentó en un videomensaje a “Chema” como miembro de su Consejo Asesor Electoral 2018. Ahí estaba también el ex panista y ex morenista Germán Martínez, otro vaso comunicante de “Chema” en 2018 con la 4T. “Chema” es el mejor peor candidato de Morena para Guadalajara. Sobresale en reconocimiento y competitividad pero también en negativos. Lo persiguen sus posturas antidiversas -aunque recién las moderó-; su pensión dorada de 108 mil pesos mensuales a sus 49 años; sus complicidades como líder parlamentario con Alfaro al aprobarle más deuda; más dinero a partidos; más negocios naranjas y el reparto de cuotas y cuates. Una candidatura competitiva en Guadalajara es crucial en la contienda por la gubernatura. Un buen desempeño del aspirante al Gobierno tapatío, cobijado por campañas propositivas y perfiles fuertes en las diputaciones, pueden ser un diferenciador en una elección apretada. El electorado tapatío se enfrentará así a una elección contrastante en la Perla Tapatía. Por un lado, la continuidad de los gobiernos naranjas que representa Verónica Delgadillo. Por el otro, la alternativa de un partido que convirtió en doctrina el triunfo electoral a cualquier precio. Finalmente, ¿por qué “Chema”? Porque es Morena, ¿por qué no?... jonathan.lomeli@informador.com.mx