Jueves, 28 de Marzo 2024

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Ni todo el dolor basta para hacer el cambio

Por: Gabriela Aguilar

Ni todo el dolor basta para hacer el cambio

Ni todo el dolor basta para hacer el cambio

El pasado 22 de junio en uno de los andadores de la avenida Chapultepec se realizó una concentración discreta, pero emblemática. Fue con el objetivo de reinstalar las mantas con las fotografías e información de personas desaparecidas, en la que oficialmente se conoce como la glorieta de los Niños Héroes. La toma de un espacio público, particularmente éste, es para recordar, honrar la memoria, en un punto de la ciudad visible que permita justamente eso, visibilizar la tragedia que ha envuelto a cientos de familias y que se ha instalado desde hace varios años.

Aquel sábado el temple y fortaleza de los familiares superaron el enojo y los cuestionamientos sobre quién o quiénes habían retirado las mantas y ahí, una de las tantas madres de familia que busca a su hija, dijo lo que en síntesis ocurre en el estado: política y mediáticamente el discurso es uno y la realidad otra.

Las acciones que se emprendan para enfrentar el fenómeno de las desapariciones en Jalisco, como la creación de una Fiscalía Especializada, no estarán nunca al nivel de las circunstancias si no se escuchan y atienden las exigencias de las víctimas. “Como cuando acudes a preguntar el estado que guarda tu caso, ahí es cuando medimos si esto funciona, si es real o no”, relató.

Por esas fechas, en el lapso de una semana, ocurrió la desaparición y posterior localización del joven estadounidense Jessy Pacheco. La señora explicó que el sentimiento era contradictorio, “es bueno que aparezca gente, pero sentimos que el caso fue importante por la atención mediática que tuvo, pareciera que no los buscan a todos de la misma manera”.

Ella se describe sencilla y crudamente, dice que tiene un corazón de adorno porque dejó de latir con la desaparición de su hija y continua reflexionando sobre el aparato institucional, considera que trabaja erráticamente, con aparentes inclinaciones sobre unos descuidando a otros: “estamos aquí para exigirle a la Fiscalía que haga lo que está obligada a hacer, no le pedimos que haga lo imposible, es su trabajo hacerlo”.

El pasado fin de semana concluyeron los trabajos en la más reciente fosa clandestina descubierta en la ciudad. Doce cuerpos en una casa de Santa Cruz de las Huertas, en Tonalá. Posteriormente, trascendió la renuncia de Ruth Morán como coordinadora del Protocolo Alba en Jalisco, quien atribuyó motivos personales a su decisión y reveló en una supuesta carta, que no debía ni podía permitir “en atención al estricto cumplimiento de mis valores morales y al respeto por mi dignidad humana continuar con las actividades”.

Así, sin claridad lo que ocurre y mientras las autoridades continúan haciendo movimientos cual tablero de ajedrez, a casi nueve meses de iniciada la administración, especialistas y colectivos se reunieron para denunciar una vez más, el trato insensible en la Fiscalía y el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, exigir avances en la construcción del panteón forense y un informe sobre la situación de los cuerpos en la morgue.

Sí, el problema de las y los desaparecidos no es un asunto exclusivo de Jalisco, pero puede marcar un precedente en el trato y manejo de los casos y, sobretodo, en la generación de condiciones que hagan menos tortuoso el proceso de la búsqueda.

Este fin de semana también habló del tema el arzobispo de Guadalajara, José Francisco Robles, remató con una frase que nos ronda en la cabeza a muchos; “es desesperante que las autoridades no se apliquen”.

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