Jueves, 25 de Abril 2024

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Movimiento antidiscriminatorio en la Liga del Pacífico

Por: Salvador Cosío Gaona

Movimiento antidiscriminatorio en la Liga del Pacífico

Movimiento antidiscriminatorio en la Liga del Pacífico

Y Sergio Francisco Romo ha contado que el abuelo Evaristo no permitió a Francisco, su padre, ir a probar fortuna a equipos profesionales de beisbol allá en el vecino país del Norte, no obstante que tenía facultades para aspirar a ser un buen pelotero y refería: “A él tampoco le dieron la oportunidad de jugar”.

“No lo dejó ir mi abuelo. A mi tata Romo le enseñaron que hay que ir a lo seguro, a no estar pensando ‘ojalá que un equipo me dé una oportunidad’; hay que ganar lo suficiente para mantener a la familia. Mi papá se fue a la Marina, ahí estuvo unos cinco años; le enseñaron a trabajar y se regresó a Brawley”. Pero también ha mencionado que el abuelo no quería que a su padre le rechazaran al discriminarlo por ser mexicano, pero además hace la conexión con la aberrante discriminación que hacia los mexicanos no nacidos en nuestro territorio impera en el beisbol mexicano, específicamente en la Liga Mexicana del Pacífico (LMP).  

Sergio Francisco Romo nació el  4 de marzo de 1983 y 25 años después debutaría en Ligas Mayores jugando para los Gigantes de San Francisco. Sergio era quizá el nieto preferido de Evaristo y Francisca, quienes le enseñaron las primeras palabras y también a caminar, y más aún, el abuelo Romo fue quien le incitó amar el beisbol, regalándole su primer guante para jugar el Rey de los Deportes (de la marca mexicana Vázquez Hermanos), ya que además de explicarle las no fáciles reglas del juego le enseño a lanzar, pues quería convertirlo en lanzador y anhelaba que el jovencito sí pudiere tener la oportunidad de aspirar a ser contratado por un equipo profesional, quizá para con ello sanar la frustración en cuanto a que ni él ni Francisco, su vástago y padre de Sergio, hubiesen podido tener esa oportunidad. Don Evaristo le llenó a Sergio el alma de beisbol e impregnó en ese escuálido chaval el amor apasionado por el Deporte Rey, le enseñó a lanzar y educó su brazo para que aprendiera a tirar el sinker, le enseñó diversas técnicas para lanzar la bola con diversos efectos y desde ahí empezó a forjarse la habilidad de Sergio Francisco Romo para engañar a los bateadores y dominarlos tanto al obligarlos a producir globitos o podriditos al cuadro e incluso a conectar batazos muy elevados a los jardines, pero también aprendió a usar el repertorio con inteligencia y lograr ponchar a muchos bateadores rivales.

Aunque tenía la desventaja de su no gran altura y peso, pues medía apenas un metro con 73 centímetros con un peso de sólo 61 kilos, el chaval Sergio Francisco Romo no se arredraba porque compañeros, entrenadores y buscadores de talento juvenil beisbolero le señalaban la escasa estatura y su falta de mayor velocidad al lanzar, pero Sergio perseveró y superó esa presión además que supo vencer los obstáculos de vivir en un barrio bravo sureño californiano, como era sin duda el poblado de Brawley en el cálido Valle Imperial, habiendo sido muy importante para él haber contado con el impulso de su abuelo Evaristo y también con el apoyo de su padre Francisco, quienes le influenciaron a evitar el mal ejemplo de muchos de sus amigos y vecinos que se hundían en la droga y el dinero fácil, logrando que Sergio pudiera irse a estudiar a Alabama y así aspirar a ser exitoso como estudiante además de como beisbolista colegial en busca que algún promotor lo viera y le ayudará a encajarse en algún equipo profesional. Hasta antes de su partida, de la preparatoria local Brawley Union High School, sólo dos peloteros destacados habían salido: Sid Monge y Rudy Seanez, también de origen latino. Los primeros dos años de estudios universitarios, Sergio Romo los hizo en Orange Coast College y Arizona Western College. Para el tercer año, sus marcas le garantizaron una beca en la Universidad del Norte de Alabama.

A pesar que se había convertido en un jugador excepcional, Romo sufría marginación y ofensas por el simple hecho de ser mexicano, y así lo cuenta Sergio: “Alabama era un lugar de puros blancos. Me discriminaron muchísimo. Los compañeros del equipo sí me hablaban, me dieron la oportunidad de demostrar que la percepción que tenían de los mexicanos estaba mal, pero con la gente donde iba a jugar no me fue bien. Me insultaban. Me decían lo peor. Aprendí algo que no sabía que existía. Nunca había conocido el racismo ni la discriminación. Me llegaban los tiempos en los que decía ‘ya no puedo’, pero tenía que honrar mí palabra y aguanté.”

Sergio Romo soportó muchas humillaciones por ser de origen mexicano, entre ello está la conocida historia de cuando su mánager no le permitió lanzar más innings para que no rompiera el récord de más ponches en una temporada para un lanzador de la Universidad del Norte de Alabama, pues como se ha dejado ya anotado antes fue compelido a salir del juego en el que, ya terminando la temporada, estaba en franca posibilidad de lanzar por varios innings más y romper esa marca que ya había empatado y sólo era cuestión de seguir lanzando por las cuatro o cinco entradas que habría podido hacer fácilmente como era su fortaleza habitual como serpentinero, ya que en ese cotejo apenas llevaba un par, de ahí que el franco augurio era que el chamaco haría añicos ese récord, mas el mánager decidió que no permitiría que un lanzador mexicano superara marcas de serpentineros oriundos de su país, lo que como es sabido, ocasionó que sumamente contrariado por el racismo que sufría, Romo abandonara esa Universidad y regresara a Brawley, quizá pensando en terminar con su carrera mezclando el estudio con la aspiración de ser beisbolista profesional. Pero Sergio perseveró y logró triunfar en la Ggran Carpa, ahora está perseverando y empuja fuerte un gran movimiento para acabar con la absurda y vergonzosa discriminación que aún impera en la LMP, presionando para acabar con esa intolerancia y abuso.

@salvadorcosio1
bambinazos61@gmail.com

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