En la recta final de su Gobierno, el Presidente Enrique Peña Nieto aparece cada vez más ocurrente y descuidado en sus declaraciones, como si estuviera pensando ya en entregar el changarro antes que terminar de modo mesurado su periodo.Ayer al participar en un evento de una aerolínea, criticó el “enojo social extendido” que hay entre algunos mexicanos que los lleva “a la angustia y a la preocupación”, lo que les impide ver que “México ha venido creciendo” y les nubla la vista para apreciar “los avances y desarrollo que estamos teniendo”.Por supuesto que la realidad del país es un asunto subjetivo, que depende de la posición social que se tenga, pero también es una realidad que la situación ha empeorado para la mayor parte de la población y de que los supuestos beneficios y “avances y desarrollo” del que habla Peña Nieto son apenas para una minoría de quienes ocupan puestos preponderantes en la economía y la política del país. Por su discurso, parece que Peña Nieto se cree, como le dicen funcionarios subordinados a él y por lo tanto propensos a decir lo que el Presidente quiere escuchar, que es un estadista que se arriesgó a hacer “reformas estructurales” dolorosas pero necesarias para el país y que dichas reformas están cambiando la realidad del país en beneficio de la mayoría.Pero ese discurso del poder es eso, una mirada desde el poder que jamás puede ser compartida por quienes padecen las consecuencias de ese poder. Como dije, en materia de juicio sobre la realidad del país, cada opinión es subjetiva y depende desde dónde se diga. Sin embargo, hay una infinidad de indicadores que muestran que con Peña Nieto el país va a peor.Esto es lo que dice la mayoría de los mexicanos en una encuesta del Centro de Estudios Sociales y de Opinión de la Cámara de Diputados. En el estudio, “Empleo y salario mínimo”, 72.1 por ciento consideró que en los últimos tres años la situación de los trabajadores ha empeorado algo o mucho, 16 por ciento opinó que ha mejorado algo o mucho, 9.1 por ciento sostuvo que se ha mantenido igual. Siete de cada 10 entrevistados dijeron que el salario que se percibe en el país es insuficiente o no le alcanza el ingreso que recibe; para 24.0 por ciento es suficiente para cubrir las necesidades, y únicamente 5 por ciento de los encuestados considera que es suficiente y le permite ahorrar.El tema del ingreso es apenas uno de los diversos rubros en los que de puede afirmar que hay motivos suficientes para el “enojo social extendido” del que se queja Peña Nieto. Pero lo principal es el aumento significativo de la violencia y la inseguridad. El quinto año de Peña Nieto pasó a la historia como el más violento en dos décadas y por los recurrentes casos de irregularidades denunciadas, se puede sostener que este Gobierno pasará a la historia como uno de los más corruptos, lo que ya es mucho decir. De tal manera que hay más que motivos suficientes para el “enojo social extendido”, aunque a Peña Nieto le irrite.
