De un tiempo para acá, Enrique Alfaro insiste en remarcar una línea oficialista sobre el problema de los desaparecidos: cuenten también a los localizados. Nada raro. Este año el gobierno de Jalisco inició una fuerte campaña de comunicación (en redes, claro) sobre el trabajo de la Fiscalía de Desaparecidos y la Comisión Estatal de Búsqueda. Cada vez que un medio o colectivo denuncia el problema, el gobierno antepone la cifra de localizados para enfatizar que trabaja. El propio López Obrador usa ese argumento: ahora sí se busca, antes no. A finales de febrero, el gobierno estatal difundió este comunicado: «Localizan en Jalisco a 10 mil 896 personas en la actual administración; 9.3 por día». Desde entonces, distribuyen infografías semanales y mensuales con el corte de localizados. En abril, por ejemplo, presumieron 251 localizados. Y aquí viene el “pero”. Hoy el registro estatal (Sisovid), en los términos que se maneja porque discrepa del nacional, reporta 11 mil 300 desaparecidos. Podría pensarse que por contraste más de 10 mil localizados es una cifra aceptable producto del esfuerzo institucional de “buscar a nuestros desaparecidos”. Nada más engañoso. La mala calidad de los datos sobre desapariciones se replica también en la mala calidad sobre los localizados. La ley estatal sobre desaparecidos distingue tres tipos de personas localizadas: I. Persona localizada que no fue víctima de ningún delito.II. Persona localizada víctima de un delito materia de la Ley General. III. Persona localizada víctima de un delito diverso.El problema radica en que, al igual que en las cifras sobre incidencia delictiva, la estadística resulta incompleta o manipulada. Ignoramos cuántos de los más de 10 mil localizados fueron víctimas de un delito y cuántos no. Pero además el gobierno tampoco informa en sus cortes semanales cuántos fueron localizados con y sin vida. La Fiscalía de Desaparecidos cuenta con una Dirección de Análisis y Contexto que según la ley debe sistematizar la información y características de los perfiles de las víctimas y victimarios. Sobre este mismo tema, Enrique Alfaro ha insistido en que la mayoría de los desaparecidos se ausentan por voluntad propia y así regresan. Luego entonces, ¿por qué considerarlos en la estadística de localizados? Los casos prioritarios son aquellos en donde hay víctimas de un delito como desaparición forzada o cometida por particulares. En pocas palabras, la forma de reportar «masivamente» a los localizados genera confusión, pues parecería que todos son producto del trabajo de las fiscalías cuando hay indicios de que no es así.No nos ponemos de acuerdo sobre cuántas personas desaparecidas hay en el país, pero tampoco sabemos qué tan efectivas son nuestras instituciones en la prevención, búsqueda y localización de desaparecidos porque ni siquiera distinguimos entre víctimas de un delito ayudadas por la autoridad y ausentes por voluntad propia.
