Sé que Abraham Emmanuel Pacheco Partida de 31 años desapareció el sábado 30 de agosto en la Colonia Ponciano Arriaga en Tlaquepaque tras salir de la casa de su madre a las dos y media de la tarde. Sé que iba a Tonalá a grabar con su dron un evento como parte de su actividad para generar ingresos además de dar clases de inglés en línea.Sé que Abraham es licenciado en Negocios Internacionales con maestría en Finanzas. Sé que su madre y su hermana Abby -un año mayor que él- lo buscan. Denunciaron el lunes siguiente tras su desaparición. Una semana después las citaron en la Fiscalía para presentarles avances. “El avance que me dieron es que no tienen ninguna imagen de mi hermano por la ciudad, entonces para qué sirve el C5”, me dijo Abby. “Estoy muy decepcionada de las autoridades. No es posible que, si llegó a Tonalá y tomó todo Periférico, tomó avenidas principales, me digan que no tienen ninguna imagen de mi hermano ni de su motocicleta ni nada”. La MP dijo que buscaría a la familia después. La han visto una sola vez. No han podido localizarla en su oficina. “La Fiscalía no me ha dado respuesta de nada, no me han dado resultado de nada, no sé qué están haciendo”, insistió Abby. Sé también que las familias siguen haciendo de Ministerio Público y de policía investigador. “Ayer llegué al límite y me fui a Tonalá por mi pie a buscarlo yo sola, a gritar su nombre entre las calles, a preguntarle a las personas en mi desesperación”, me contó Abby. “En mi cabeza siento que esto no es real a pesar de que estoy en acción y hablo con personas y estoy al pie del cañón en la búsqueda. Algo dentro de mí ni siquiera lo puede asimilar, no es posible que se lo haya tragado la tierra”.Sé que Abraham vivía desde hace un año y medio con su madre. Antes habitó una casa de la Colonia Revolución en Guadalajara. La misma que después se convirtió en Casa Natalia, una galería de arte. Y en donde fueron privados de la libertad -tres días antes de la desaparición de Abraham- la artista plástica Frany Arteaga y Gustavo Torres; este último compartió casa con Abraham en esa finca. Ambos también están desaparecidos. Sé lo que Abby me contó: está cansada físicamente y espiritualmente. Está decepcionada de las autoridades: “Imagínate, yo soy su hermana mayor, es mi deber encontrarlo y protegerlo, cuidarlo, pero cada día se vuelve más difícil, yo creía que iba a ser más fácil, pero no, cada día es más difícil, más tormentoso, me siento desesperada, siento que es buscar una aguja en un pajar y que ni siquiera tenga una foto de él es frustrante, no lo creo”.Sé lo que es escuchar al familiar de un desaparecido y tratar de imaginar: “Esto es desgarrador, es una agonía. Honestamente no puedo dormir más de tres o cuatro horas. Para mí es un horror cerrar los ojos”. “Sé que el Gobierno tiene deficiencias, pero no sabes lo enormes que son hasta que te encuentras en una situación como esta”. Sé que Abby y su madre están solas en una ciudad de seis millones de personas. Sé que buscan a Abraham. Todo eso sé, pero la familia de Abraham no sabe nada de él.