Lo más importante será ver si, efectivamente, como dijo el Presidente Andrés Manuel López Obrador el jueves pasado en su primera a visita a Jalisco este año, se hacen “a un lado las banderas partidistas”, y en el tema de la inseguridad y la violencia generada por los grupos de la delincuencia organizada se da por fin la tan prometida coordinación entre las corporaciones federales y locales para tener mejores resultados en una batalla que como autoridades van claramente perdiendo.Al mensaje lanzado por AMLO y por el gobernador de Jalisco el jueves desde las instalaciones militares de Zapopan y de la Guardia Nacional en Tlaquepaque, de cerrar filas para enfrentar a las mafias, especialmente a las que se asientan en Jalisco, vino una pronta respuesta del Cártel Nueva Generación (CNG) que hizo circular en redes videos mostrando una caravana de vehículos blindados y artillados donde decenas de hombres uniformados y fuertemente armados vitorean a su líder “El Mencho”. Ahí está claramente un primer desafío para pasar del discurso a los hechos, y que la reunión del jueves realmente trascienda.Ya en el tema político, el reencuentro entre López Obrador y Alfaro Ramírez, ex aliados en la contienda electoral del 2012 y claramente enfrentados desde la contienda del 2018 y en lo que va de sus gobiernos, dejó varias lecturas y mensajes.La primera será ver si el Presidente da muestras de aceptar la invitación del gobernador de darse “la oportunidad de corregir el rumbo para iniciar una nueva etapa de diálogo y cooperación (…) para reconstruir la relación entre el gobierno estatal y el gobierno de la República”, una posibilidad que tan próximo ya el proceso electoral del 2021, se ve difícil que se dé. Una eventual señal en sentido contrario sería, por ejemplo, que efectivamente el gobierno federal acepte revisar el Pacto Fiscal como lo anticipó López Obrador al responder al planteamiento del gobernador sobre ese tema. Sobre el caso Giovanni, que provocó el más reciente choque entre el gobernador y López Obrador, al grado que éste último reprochó al mandatario estatal faltar el respeto a la investidura presidencial, Alfaro prometió darle al Presidente en privado pruebas “de algunos personajes que intervinieron”, que bien haría en hacer también públicas a los jaliscienses. Hubo también mensajes que indirectamente quiso dejar claro el gobierno de la 4T en Jalisco, como su desacuerdo con el alto nivel de endeudamiento que ha contraído el gobierno alfarista. Para ello, se encargaron de que en la mañanera se le hiciera al gobernador una larga e inducida pregunta respecto al tema, en la que hacían hincapié en que la instrucción y ejemplo del gobierno lópezobradorista era la austeridad y la no contratación de deuda.Fue lo que dejó la visita de pisa y corre del Presidente a Jalisco. jbarrera4r@gmail.com
