Jueves, 25 de Abril 2024

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Las falacias de otra “verdad histórica”

Por: Rubén Martín

Las falacias de otra “verdad histórica”

Las falacias de otra “verdad histórica”

No hay prueba más fehaciente de las ilegitimidad y descrédito del Estado y de sus instituciones, que las dudas, sospechas y cuestionamientos a los intentos de construir un relato verdadero o una “verdad histórica” en casos emblemáticos que ocurren en la sociedad.

Tal como ocurrió con el cuestionamiento a la supuesta “verdad histórica” construida en torno a la desaparición de los 43 normalistas rurales de Ayotzinapa presentada por el procurador Jesús Murillo Karam en enero de 2015, lo mismo ocurrió ahora con la versión que el gobierno de Aristóteles Sandoval Díaz ofrece sobre los tres estudiantes de cine desaparecidos en Tonalá.

A través de la Fiscalía General de Jalisco, el Gobierno estatal presentó una versión de los hechos que ha generado más repudio y rechazo que aceptación, y en lugar de convocar a la resignación está produciendo más protestas contra lo que se interpreta como una maniobra para dar carpetazo al caso de los tres estudiantes de la Universidad de Medios Audiovisuales.

Como se recuerda, Salomón Aceves Gastélum, Jesús Daniel Díaz y Marco Ávalos fueron privados de su libertad el 19 de marzo. Según la Fiscalía, ocho hombres armados del cártel Nueva Generación (CJNG) los relacionaron con un nuevo grupo llamado Nueva Plaza. Los estudiantes de cine filmaron una tarea en una finca de Tonalá cuyo propietario sería miembro del cártel enemigo. Eso llevó a su desaparición, ejecución y, según la autoridad, a que los sicarios los disolvieran en ácido.

Hay varios huecos y problemas en esta versión. La principal es que no hay ningún resto de los estudiantes con los cuales hacer pruebas periciales y forenses para aseverarle a la familia que sus hijos fueron muertos de ese modo. Lo que hay son conjeturas, a lo más inferencias no confirmadas o probadas.

Las evidencias de la fiscalía son muy endebles: los restos hemáticos de Jesús Daniel Díaz, cartuchos de armas que se corresponden con uno que se disparó en el lugar del secuestro y las declaraciones de dos presuntos sicarios: Gerardo “N” y Omar “N”). Lo demás son “inferencias lógicas”. De hecho, la Fiscalía admite que sólo se tienen muestras genéticas de Marco Ávalos y Jesús Díaz, pero ningún indicio de Salomón Aceves.

En declaraciones que recoge este diario, Karina Hernández, coordinadora del Laboratorio de Genética Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF), admitió que aunque “no es una certeza que del material biológico, como se dieron las circunstancias sea posible encontrarlos (...) los indicios como dicen, no tienen palabra”.

Por si fuera poco, en la presentación de esta versión no acudió el nuevo fiscal para desaparecidos, José Raúl Rivera Rivera, y a los detenidos se les acusa de “secuestro agravado”, no de desaparición. Son dudas que se añaden a la “verdad histórica” que el Gobierno pretende presentar.

Entonces, en estricto sentido los tres estudiantes de cine siguen desaparecidos y no pueden ser declarados oficialmente muertos. ¿O es que acaso pretenden que los familiares puedan cerrar su dolor con ningún resto de sus hijos? ¿Van a enterrar una declaración, un indicio genético para completar el duelo? Es muy absurda la versión del Gobierno de Aristóteles Sandoval. Todo parece indicar que se intentó ofrecer esta supuesta “verdad histórica” para dar carpetazo y seguir con lo que saben hacer: simular que gobiernan para todos y seguir con la política electorera.

Pero la sociedad está harta de esta simulación y no se ha tragado esta versión. Y además se recuerda con claridad que “no son tres, son todos”. Este caso no se ha resuelto, pero aún falta indagar y aclarar el destino de más de tres mil desaparecidos. 

(rubenmartinmartin@gmail.com)
 

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