Viernes, 10 de Octubre 2025

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La impunidad es la norma

Por: Rubén Martín

La impunidad es la norma

La impunidad es la norma

Blanca Paredes, abogada y doctora en Derecho, pasó 72 horas en huelga de hambre frente a la puerta principal de Casa Jalisco para exigir que el inquilino de esa residencia oficial saliera personalmente a escucharla y atenderla. Blanca es víctima de violencia machista de parte del ex magistrado José de Jesús “N”, prófugo de la justicia. Blanca inició su protesta a las 08:00 horas el 14 de octubre y pasó las noches del viernes, sábado y domingo afuera de esa residencia sin que el gobernador la atendiera. 

Finalmente levantó su huelga el lunes 17 de octubre, tras de que Enrique Alfaro finalmente accediera a salir de Casa Jalisco y hablarle apenas durante dos minutos. Le dijo que el Judicial y la Fiscalía eran poderes y entidades distintas al Ejecutivo y les ofreció que serían atendidas más ampliamente por el secretario General de Gobierno, Enrique Ibarra Pedroza.

Como broma de mal gusto, el mismo viernes 14 de octubre que Blanca Paredes inició su huelga de hambre para exigir que se avanzara en las 32 carpetas de investigación que tiene abiertas, el gobernador encabezó en Casa Jalisco el evento “Tus redes de apoyo” para eliminar la violencia contra las mujeres. Así es la absurda realidad política que impera en Jalisco.

La lucha de Blanca Paredes no es sólo contra la violencia machista (amenazas, abuso y acoso sexual, violencia vicaria) que enfrenta de su ex pareja, sino también contra la burocracia, corruptelas e impunidad que impera en los aparatos de procuración (Fiscalías) e impartición de justicia (Poder Judicial).

La protesta de Blanca Paredes en Casa Jalisco fue arropada por colectivas de mujeres que también padecen esa doble victimización: ser víctimas de la violencia de sus parejas y víctimas de un sistema judicial que no les imparte justicia.

Como evidencia de sus casos, Blanca y las mujeres que la acompañaron exhibieron cartelones plásticos con las amenazas que ya están denunciadas ante la Fiscalía de Justicia, pero cuyas investigaciones no avanzan o se quedan estancadas. Las frases son aterradoras: “Te voy a arrancar la cabeza, me mato y me entrego”, carpeta de investigación 72564/2020. Otra: “Te voy a mandar desaparecer, te voy a aventar a un estero a que te traguen los cocodrilos”, carpeta de investigación 2987/2019. Otra: “No te vas a llevar a tu hijo contigo, él me pertenece y si te lo llevas te mato”, carpeta de investigación 89252/2020. Había muchas más frases amenazantes como estas. Por eso la medida extrema de Blanca Paredes para que el gobernador urja a que avancen sus casos.

Lamentablemente la burocracia, la falta de recursos y de empatía, y sobre todo la corrupción y la impunidad hacen inviable el sistema de procuración e impartición de justicia en Jalisco. El nivel de impunidad en el Estado es de 95.4 por ciento, peor que la media nacional que es de 91.8 por ciento, según el resultado más reciente de  “Hallazgos 2021: Seguimiento y evaluación del sistema de justicia penal en México”, de la asociación civil México Evalúa.

Pero las tasas de impunidad en violencia son más altas. De acuerdo a este mismo estudio: la impunidad para resolver casos de feminicidios es 96.4 por ciento y en delitos relacionados con violencia familiar es de 99.2 por ciento.

Hay casos peores: la impunidad en desapariciones y en secuestros es de 100 por ciento. El índice en homicidios dolosos en la entidad es de 99.7 por ciento. La menor tasa de impunidad es en robo simple con 85 por ciento, lo que quieres decir que al gobierno de Jalisco le interesa cuidar más los bienes privados que las vidas de las personas.

Estos indicadores ponen el dedo en la llaga sobre lo podrido que está nuestro sistema de impartición de justicia, un sistema donde la impunidad es la norma y no la excepción. 

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