Jueves, 28 de Marzo 2024

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El cambio de horario

Por: María Palomar

El cambio de horario

El cambio de horario

De hoy en ocho, en la madrugada del domingo 1º de abril, entra en vigor el horario de verano en la mayor parte del territorio nacional, y el sol sale una hora más tarde que la víspera (bueno, ni los animales ni las plantas se creen tamaña barbaridad, pero la gente sí). Los gringos ya se adelantaron (el segundo domingo de marzo), y la Unión Europea cambia hoy, último domingo del mes. Son cerca de setenta los países del mundo que cambian de horario dos veces al año (en el hemisferio sur, las fechas del principio y el final del horario de verano se invierten).

México, para variar, tiene una situación anómala: es el único país del mundo con dos aplicaciones distintas del horario de verano, porque se ha negado a adoptar las fechas que en 2007 decidieron Canadá y Estados Unidos, pero parchó el decreto correspondiente de modo que una franja de la frontera norte coincidiera con los cambios de los gringos.

Lo que sí es universal es que mucha gente en todos los países se queja del cambio de horario.

En 1784, Benjamin Franklin escribió en el periódico Journal de Paris una carta donde mencionaba que los franceses ahorraban velas levantándose más temprano (pero no sugirió adelantar ni atrasar el reloj). Los primeros países que adoptaron el sistema de la hora de verano fueron Alemania, Inglaterra y Francia, en ese orden, en el año de 1916; los Estados Unidos lo hicieron en 1918. En Francia, después de varios cambios a lo largo del siglo XX, el horario estival volvió a ser implantado en 1975 por el Presidente Giscard d’Estaing, en tiempos de la crisis petrolera y con el objetivo principal de ahorrar energía reduciendo las horas de alumbrado (sobre todo público) durante el verano.

Desde 1998 el horario se uniformó en todos los países miembros de la UE para facilitar los intercambios, los transportes y las comunicaciones. Pero todo  podría cambiar, porque el Parlamento Europeo aprobó el pasado 8 de febrero una resolución (por 384 votos a favor, 153 en contra y 12 abstenciones) pidiendo a la Comisón hacer una evaluación completa del sistema actual y, de ser necesario, presentar una propuesta para revisarlo. El asunto central es que tal parece que 1) las economías de energía, aunque reales, son pequeñas; 2) los supuestos impactos sobre la salud pública no están probados; 3) poco influye en la agricultura y la ganadería; 4) hay datos contradictorios en cuanto a su relación con los accidentes de carretera; 5) posiblemente tenga cierto influjo benéfico en la disminución de delitos con nocturnidad.

En países donde hay escasa o nula democracia, la situación es distinta: en China, que absurdamente mantiene un solo huso horario (el de Pekín, claro) en su inmenso territorio, no existe el horario de verano, y tampoco en Cuba, o en Corea del Norte (ni en buena parte de Asia, África y Sudamérica). En Rusia, Putin decidió en 2011 aplicar todo el año el horario de verano, pero la opinión pública lo forzó en 2014 a mejor quedarse con el de invierno...

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